jueves, 21 de julio de 2011

Canciones encadenadas XX: Cielo

Vuelve el juego de las canciones encadenadas, que dejamos hace un mes con los Talking Heads y su Heaven. Seguimos por las alturas, a ver que nos encontramos.

Alfredo abre la tanda de canciones celestiales con Bob Dylan y su Knokin' On Heaven's Door, compuesta para la película de Sam Peckinpah Pat Garrett & Billy the Kid.


Vídeo de VoxStudios

Y de un clásico pasamos a otro, porque José Luis nos trae Stairway to Heaven, de Led Zeppelin.


Vídeo de catboy12000

Ya que hablamos de clásicos, Kalamar elige a The Beatles con Lucy in the Sky with Diamonds.


Vídeo de A7XRULES60000

Glòria opta por Eric Clapton con su triste Tears in Heaven.


Vídeo de aspirinsmoke

Atticus, tan cinematográfico como siempre, nos trae Cheek to Cheek, con Fred Astaire y Ginger Rogers, sacada de la película Top Hat. También sale en La rosa púrpura del Cairo, y por culpa de esta última película tuve una época, afortunadamente ya pasada, en la que cada vez que escuchaba esta melodía me ponía triste.


Vídeo de AriadneYvette

Teresa elige un tema de Jaume Sisa, El setè cel, interpretado el día después del Canet Rock entre los restos de la batalla. Assur se suma a esta aportación.


Vídeo de condeorloc

Allau elige Just Like Heaven, de The Cure, que debo confesar que es la primera opción que pensé yo porque me parece un temazo.


Vídeo de TheCureVEVO

Más o menos por la misma época en la que The Cure cantaban Just Like Heaven, The Smiths hacían lo propio con There Is A Light That Never Goes Out, la canción elegida por maac.


Vídeo de LetItBleedRevolver

Barbebleue elige a una cantante que presenta como de voz evocadora, y es cierto, algo en su voz recuerda a Billie Holiday. Ella misma se encarga de potenciarlo con ese sonido low-fi. Estamos hablando de Madeleine Peyroux con This is Heaven to Me.


Vídeo de Terrybogart2

Y tras tantos clásicos rock y pop, ahora un clásico de la música disco. Xim nos trae a los Tavares con Heaven Must Be Missing An Angel.


Vídeo de foutecd

Por último, mi elección es (Feels Like) Heaven, de los escoceses Fiction Factory.


Vídeo de mandaluyongboy

Para la próxima edición del juego de las canciones encadenadas vamos a complicar algo la cosa. Fiction Factory, el grupo de la canción que he elegido, es lo que en inglés se denomina One Hit Wonder, o sea, un grupo o solista que saca una canción de éxito, llega a lo más alto con ella, pero es incapaz de volver a obtener otro éxito y pronto cae en el olvido. Seguro que todos conocéis muchos ejemplos de este tipo de fenómenos. Pues bien, la siguiente canción que elijáis debe ser el éxito de uno de estos One Hit Wonders, trate el tema que trate y esté en el idioma que esté. Espero vuestras propuestas.

domingo, 10 de julio de 2011

Más ópera alemana en italiano: Tito Gobbi canta Wozzeck

En la entrada anterior escuchábamos a Giuseppe Borgatti cantando Wagner en italiano. Esto me ha hecho recordar una conversación reciente (con Goulaud y Ennecus, si no me equivoco) en la que les hablé del Wozzeck de Alban Berg que cantó y grabó el barítono Tito Gobbi en italiano. Ninguno de los que participamos en aquella conversación habíamos escuchado dicha grabación y ahora se me ha ocurrido que eso tiene fácil solución. Aquí tenemos a Tito Gobbi en 1954, acompañado por Hugues Cuénod e Italo Tajo, cantando Ma dunque dov'è il coltello? (que vendría a ser Das Messer? Wo ist das Messer?). Dirige Nino Sanzogno.


Vídeo de 34fgsfgsdtu48w7qtaqt

El genial director Dmitri Mitropoulos dirigió a Gobbi en esta ópera y declaró que era su Wozzeck favorito. Ahí queda eso.

En youtube podéis encontrar fragmentos de una grabación anterior, de 1949, con un sonido pésimo en la que el Wozzeck de Gobbi es dirigido por Karl Böhm, nada menos.

viernes, 1 de julio de 2011

Giuseppe Borgatti, el heldentenor italiano


BIOGRAFÍA

Giuseppe Borgatti nació en Cento, en la provincia italiana de Ferrara, en 1871. Su familia era tan humilde que no pudieron pagarle ni la más mínima educación. Desde niño trabajoó como albañil y cantero, trabajos en los que solía entretenerse cantando, y tan bien lo hacía que uno de sus patrones, el marqués Plattis, decidió subvencionarle sus estudios musicales, así como una mínima educación general que le permitió salir del analfabetismo. A los veintiún años, en 1892, debutó como Faust en la ópera homónima de Gounod, al que siguieron otros papeles de tenor lírico hasta que en 1894 incorporó, con gran éxito, el rol de Chevalier des Grieux de la ópera Manon Lescaut, recomendado por el mismo Puccini, demostrando así que estaba preparado para papeles más propios de un tenor spinto. Ese mismo año también debutó el papel de Lohengrin, su primera encarnación wagneriana. En 1896 cantó el papel principal de la ópera Andrea Chénier de Umberto Giordano en el estreno absoluto de la misma en La Scala de Milán, lo que le convirtió en una estrella de la lírica a nivel internacional. Aunque no cantó en el estreno absoluto de Tosca, sí lo hizo en el estreno en La Scala en 1900, obteniendo mejores críticas que Emilio de Marchi, el primer Cavaradossi.

Borgatti siguió cantando, siempre de forma exitosa, óperas de Donizetti, Verdi, Puccini y los veristas, pero el repertorio que realmente le atraía era el wagneriano. Tuvo la suerte de coincidir con otro gran músico italiano wagnerófilo, el director Arturo Toscanini, por aquel entonces titular en La Scala, y junto a él preparó y debutó, siempre en italiano, los papeles de Tannhäuser, Walther, Tristan, Siegmund, Siegfried y Parsifal (estos dos últimos en su estreno en Italia).

En 1904, Giuseppe Borgatti se convirtió en el primer tenor italiano invitado a participar en el Festival de Bayreuth, causando una gran impresión en Cosima Wagner, viuda del compositor y directora del festival y en Hans Richter, director musical del mismo.

En 1906, tras cantar el papel de Herod en el estreno italiano de Salome de Richard Strauss en La Scala, decidió dedicarse con exclusividad al repertorio wagneriano, iniciando una carrera que culminaría en 1914 con el estreno italiano de Parsifal en Bolonia y La Scala. Ese mismo año, con su carrera en su punto más alto, Borgatti decidió retirarse de la escena a causa de un glaucoma que desde 1907 le estaba haciendo perder la visión y que acabó por dejarle completamente ciego en 1923. En 1927 cantó por última vez en un concierto y desde entonces se dedicó a la enseñanza, teniendo entre sus alumnos a la contralto estadounidense Marian Anderson. Falleció en 1950.


LA VOZ Y EL ARTE

Giuseppe Borgatti poseía una voz de gran volumen, robusta y con un hermoso timbre claro. Era capaz de cantar con delicadeza, con dulzura, especialmente durante su primera etapa. Posteriormente, a pesar de no llegar a ser una voz de auténtico tenor dramático, pudo enfrentarse a los papeles más pesados del repertorio wagneriano gracias a su homogeneidad y a su timbre. Las crónicas de la época lo retratan como un hombre atractivo, de constitución fuerte, con una resistencia física y vocal que le permitía entregarse al máximo en escena. Su estilo de actuación histriónico y su peculiar forma de cantar las óperas veristas, introduciendo el declamado vehemente que tanto han copiado otros tenores posteriores debido a su gran efecto empático, no deben hacernos olvidar su capacidad para el canto lírico y virtuoso y su excelente dicción, que lo conectan con tenores de generaciones pretéritas como Roberto Stagno o Fernando de Lucia. Borgatti se preciaba de que, aún después de haber incorporado los papeles más exigentes del repertorio wagneriano, era capaz de cantar Una furtiva lagrima con facilidad y sin que se echase en falta la ligereza necesaria para sacarla adelante de forma adecuada. Estamos pues ante un tenor puente entre dos generaciones, dos estilos de canto. Es destacable también la profundización en la psicología de los personajes que interpretaba. En conjunto, nos encontramos ante un gran cantante, con unos medios privilegiados, capaz de aportar a la ópera un nuevo estilo en lo canoro y una nueva forma de interpretar, lo que resultó clave para encandilar al público y así acercar las grandes creaciones wagnerianas a la audiencia italiana.


GRABACIONES

Curiosamente, Borgatti no grabó ni un solo fragmento de Andrea Chénier, a pesar de haber estrenado el papel, ni de otras óperas en las que destacó como Mefistofele, Aida, La Traviata, Pagliaci, Fedora o Manon Lescaut. Sólo entró dos veces en un estudio de grabación, en 1905 y en 1919, dejando menos de veinte discos para el recuerdo. Empecemos la escucha de sus grabaciones de 1905 con su interpretación de E lucevan le stelle, de Tosca.


Vídeo de lodiopera

A continuación, un fragmento de su Lohengrin en italiano, Di, non t'incantan.


Vídeo de lodiopera


Y para cerrar la escucha de sus grabaciones de esta etapa, Nel verno al pie del focolar, de Die Meistersinger von Nürnberg.


Vídeo de lodiopera

Pasamos a sus grabaciones de 1919, esta vez con orquesta. Empezamos con Niun mi tema, final de la ópera Otello de Verdi.


Vídeo de jaquesurlus

Nos metemos de lleno en harina wagneriana, empezando por su Tannhäuser, del que escucharemos Col cor contrito (Inbrust im Herzen).


Vídeo de MrCafiero

Pasamos a su apasionado Winterstürme de Die Walküre.


Vídeo de MrCafiero

Y por último, volvemos a la ópera Lohengrin para escuchar Mein lieber Schwan.


Vídeo de titaruffo2