sábado, 28 de enero de 2012

Don Giovanni sin chispa en Les Arts

Los aficionados a la ópera somos un público peculiar si nos comparamos con quienes prefieren la música instrumental o los conciertos en los que no está presente el aspecto teatral, tanto en lo escénico como en lo argumental y en lo musical, que sí está presente en las obras pensadas para la escena. Comparativamente somos más apasionados, más vehementes, buscamos que surja esa chispa que nos inflame el espíritu y no nos conformamos con la simple corrección, antes disfrutamos con una interpretación imperfecta pero que en algún momento llegue a conectar con nosotros en un plano más emocional que intelectual. Pues bien, nada de eso sucedió ayer en el estreno de Don Giovanni, con una excepción puntual.

Los encargados de que no surgiera la chispa en ningún momento fueron, principalmente, un Zubin Mehta que se mueve entre el pentagrama mozartiano como un esquimal en el Sahara y un Jonathan Miller cuya labor se resume en una sola palabra: nada. Los cantantes, con la excepción del Don Ottavio de Korchak, tampoco ayudaron a levantar la función.

Zubin Mehta es un director extraordinario, qué duda cabe, y ayer dio prueba de ello consiguiendo sacar unas sonoridiades bellísimas de la orquesta y diseccionando la partitura como sólo un maestro puede hacerlo. Pero la música de Mozart es mucho más: es ritmo, es brío, es ligereza, es alegría, es ganas de vivir. Zubin Mehta no transmitió nada de eso. Además, su falta de visión de conjunto hizo que se echase en falta cierta coherencia entre números, pues la mayoría sonaron demasiado lentos (lo cual es una opción respetable, admirable incluso en manos de directores como Maazel), pero algunos no lo sonaron tanto e incluso otros sufrían de una excesiva aceleración sin que quedara claro por qué. Los cantantes sufrieron estos tempi caprichosos y se produjeron un buen número de desajustes entre el foso y las voces.


Jonathan Miller, por su parte, nos demostró que a veces menos es más: su versión de hace seis años, reducida a causa de un accidente que inutilizó gran parte del escenario, resultó más efectiva de lo que ha demostrado ser al completo. Tres paredes negras, dos bancos de madera en los extremos del escenario, donde contínuamente se sientan los cantantes (lo cual es una falta de respeto al público de los laterales, con visión parcial), un nulo trabajo de iluminación y una inexistente dirección de actores son los elementos que forman esta puesta en escena que hace parecer a la Carmen de Saura buena en comparación. Lo que en 2006 nos pareció una solución de emergencia resultó ser todo lo que había. O sea, nada. Muy merecidamente, Jonathan Miller recibió abucheos por parte de un público que, al menos en parte, demostró no ir sólo a la ópera a lucir visones, como él mismo dijo, sino también a abuchear a farsantes sin talento cuando tiene la oportunidad.

En cuanto a los cantantes, tanto el Don Giovanni de Nicola Ulivieri como el Leporello de David Bizic fueron correctos pero aburridos. Ninguno de los dos destacó por su fraseo, por sus dotes como actor o por poseer una voz extraordinaria. En todo caso, Bizic me pareció algo más interesante, pero entre un Mehta lentísimo y un Miller que le obligó a cantar el aria del catálogo sentado y casi sin poder moverse le impidieron brillar en su momento de mayor lucimiento, el aria del catálogo, que se convirtió en un catálogo de desajustes y entradas a destiempo. Sabemos, porque hace una semana pudimos verle en un vídeo de youtube, que es capaz de mucho más. Sobre Ulivieri, aburridísimo como actor (¿culpa suya o de Miller?) y poco interesante como voz, sólo diré que gracias a él ahora aprecio mucho más el trabajo de Erwin Schrott como Don Giovanni hace seis años.

Zerlina y Masetto fueron interpreados por Rosa Feola y Simon Lim respectivamente. Bien ambos, correctos ambos (mejor ella), pero sigue sin saltar la chispa, seguimos sin salir del gris monótono.
Saldremos, pero para peor, con la Donna Elvira de Sonia Ganassi, una cantante que ha hecho cosas interesantes en el pasado pero que ayer nos mostró una voz deteriorada y un fiato corto que le impedía mantener la línea de canto. Graves forzados y desimpostados (y por tanto, apenas audibles), agudos estridentes, cambios de color en la voz... Mejor, en mi opinión, fue la Donna Anna de la rusa Anna Samuil, aunque creo que muchos no compartirán este punto de vista, a juzgar por los comentarios que se oían durante el entreacto. Su voz no es especialmente grande ni especialmente bonita, pero resulta suficiente en ambos aspectos, algo que no afea un vibrato bastante notorio. Por arriba resulta algo estridente, como Ganassi, y en las agilidades no va muy sobrada, pero acaba sacando el papel adelante y lo hace con algo más de incisividad que todos los comentados anteriormente.


Finalmente, hubos dos cantantes que sí me convencieron del todo: Alexánder Tsymbalyuk, cuyo vozarrón de auténtico bajo ya había sonado anteriormente en Les Arts, causando siempre una buena impresión, y Dmitri Korchak, un tenor que me ha gustado siempre que lo he escuchado y que ayer cantó un Dalla sua pace magnífico, delicado, dominando las medias voces y sacando partido de su belleza tímbrica. Aquí sí, por fin, saltó la chispa, y sólo por eso y porque la música de Mozart es tan sublime que salva cualquier dificultad, valió la pena asistir anoche a este Don Giovanni.

Mención especial para el breve texto incluido en el programa de mano (ya era hora de que se incluyera algo que no fuera la sinopsis de la ópera y las biografías de los cantantes) en el que Helga Schmidt nos informa de que en el Palau de les Arts son ajenos a la "moda" (sic) de añadir florituras y adornos a las interpretaciones de Mozart y pretenden "mantener la pureza de la música de Mozart, respetando escrupulosamente la partitura". Dice que su intención es seguir la línea de maestros mozartianos como Furtwängler, Böhm y Karajan, lo que es una forma de decir que se pasan a Gardiner, Harnoncourt y Jacobs, entre otros, por el arco del triunfo. A mí me gusta mucho el Mozart de estos tres últimos, tanto que hasta soporto las voces imposibles que suele buscarse Jacobs para elaborar sus repartos, así que esta vuelta al pasado de doña Helga no me convence pero tampoco me extraña, teniendo en cuenta sus últimas declaraciones en las que defiende volver al repertorio más trillado para sortear la crisis. Lo que sí me sorprende es que intente vendernos ese retorno al Mozart decimonónico vienés como una lectura depurada y respetuosa de la partitura, cuando lo cierto es que para ser de verdad respetuoso al cien por cien haría falta contar con instrumentos originales y ofrecer una de las dos versiones de la partitura que se estrenaron en tiempos de Mozart, la de Praga (sin las arias Dalla sua pace y Mi tradì quell'alma ingrata) o la de Viena (sin Il mio tesoro y con el añadido del dúo entre Leporello y Zerlina Per queste tue manine). Jacobs, sin ir más lejos, ofrece la versión de Praga en sus grabaciones en CD y DVD. No es que me parezca mal fundirlas, es más, me parece muy bien porque prefiero tener las dos arias de Don Ottavio y prescindir del dúo Per queste tue manine, pero entonces la tan cacareada pureza y el respeto a la partitura ya no existen, diga Helga lo que diga, y lo que se interpreta es una versión manipulada del original mozartiano.

martes, 24 de enero de 2012

Preparando el Don Giovanni de Les Arts


El próximo viernes 27 se estrena en el Palau de Les Arts una nueva producción de la ópera Don Giovanni de W. A. Mozart. Bueno, nueva o no tan nueva, ya que esta misma producción de Jonathan Miller se debió ofrecer en la primer temporada del teatro valenciano (2006) pero, debido a una avería en la plataforma móvil del escenario, lo que se ofreció fue una versión mutilada y sin decorados. El precio de las entradas, en cambio, no sufrió ningún tipo de mutilación, mira qué cosas. Quien sí que debe haber sufrido una mutilación en el cerebro es Jonathan Miller, porque si no no se explica uno como es capaz de decir las tonterías que dice en esta entrevista.

Con el fin de ir preparándonos para lo que nos espera voy a recuperar una antigua costumbre de este blog y a enlazar una serie de vídeos en los que escucharemos a los que van a ser los intérpretes de este Don Giovanni.

Empezamos con el director, Zubin Mehta. Desde que protagonizó el estreno del Palau de les Arts dirigiendo la ópera Fidelio de Beethoven, esta es su segunda aparición fuera del Festival del Mediterràni que tiene lugar al final de cada temporada.  Sabemos de sobra cuál es el estilo de dirección de Mehta, y también sabemos que es un director bastante polivalente, pero ¿cómo sonará su Mozart? Pues, a juzgar por el siguiente vídeo, sonará rápido y en fortissimo. Ningún problema por mi parte si suena rápido, que conste; el Mozart pesante y romanticón nunca ha sido de mi agrado. Escuchamos el finale del primer acto de Don Giovanni con  Zubin Mehta dirigiendo a la orquesta de la Ópera Estatal de Viena con motivo del 50 aniversario de su reapertura. Los cantantes son Thomas Hampson (Don Giovanni); Ferruccio Furlanetto (Leporello); Edita Gruberova (Donna Anna); Soile Isokoski (Donna Elvira); Michael Schade (Don Ottavio); Ildiko Raimondi (Zerlina) y Boaz Daniel (Masetto).


Vídeo de RestlessRusalka

El elegido para el papel protagonista es Nicola Ulivieri, un bajo barítono italiano en activo desde 1993 que ha basado su carrera hasta el momento en Mozart y Rossini. Parece más barítono que bajo, algo que en este papel me parece positivo y que le asemeja al Don Giovanni que tuvimos en el 2006, un por entonces poco conocido Erwin Schrott que realizó una muy buena interpretación, aunque en algunos momentos estuvo algo pasado de rosca. Escuchemos a Nicola Ulivieri cantando el dúo La ci darem la mano junto a la Zerlina de Chelsey Schill.


Vídeo de silola7

Como Leporello tenemos al joven barítono serbio David Bizic, cuya carrera, tras unos años cantando en teatros menores, está empezando a despegar. Sus compromisos para esta temporada incluyen, además de la de Les Arts, visitas a la ROH,  Opéra Bastille y Deutsche Oper entre otros teatros. Le escuchamos cantando el aria del catálogo.


Vídeo de drvarska

Anna Samuil, soprano rusa cuyo trabajo más conocido hasta la fecha es la Tatiana del Eugene Onegin dirigido por Barenboim (editado en DVD) será nuestra Donna Anna. Hace unos años, maac nos habló de ella en su blog. Vamos a escucharla cantando el rondó Non mi dir, bell'idol mio junto al Don Ottavio de Michael Schade.


Vídeo de Duci3834

En el papel de Donna Elvira se turnarán dos mezzos. La primera, a la que podremos escuchar el día del estreno, es la conocida belcantista Sonia Ganassi, a quien escucharemos cantando el aria Quant'è grato all'alma mia, de la ópera Elisabetta, Regina d'Inghilterra de Rossini, en la que el oyente avispado descubrirá un parecido nada disimulado durante unos compases con la celebérrima Una voce poco fa del Barbiere.


Vídeo de DieVogelQDU

La segunda Donna Elvira será la australiana Caitlin Hulcup, habitual de la Ópera Estatal de Viena, a quien escucharemos cantando el aria Amid A Thousand Racking Woes, de la ópera Artaxerxes de Thomas Arne (el autor de Rule, Britannia!).


Vídeo de PalmideArtaserse

Nuestro Don Ottavio será el tenor ruso Dmitri Korchak, a quién lamento no haber podido escuchar en la reciente Cenerentola. Tengo muchas ganas de ver qué tal lo hace cantando este papel, algo ingrato en lo argumental pero con dos arias preciosas. Escuchémosle cantando Dalla sua pace en un recital de hace poco más de un año.


Vídeo de cygankvao

Completarán el reparto la Zerlina de Rosa Feola, de la que se puede escuchar alguna cosa (poca) en youtube, el Commendatore de Alexánder Tsymbalyuk y el Masetto de Simon Lim, ya conocidos en Les Arts.

lunes, 16 de enero de 2012

Canciones encadenadas XXIV: Agua

Hace un mes escuchamos una serie de canciones que acababa con los Violent Femmes cantando Jesus Walking On The Water, lo que nos dio pie a seguir con más canciones en las que apareciese el líquido elemento.

La primera de la lista acuática la trae Maac: Derribos Arias y su Branquias bajo el agua.


Vídeo de CAPITALISTagenda

A continuación, Allau eligió la canción Cool Water de Bob Nolan , en la versión de Joni Mitchell y Willie Nelson.


Vídeo de PioneerSon

Kalamar se sale de la música pop y opta por la banda sonora de On The Waterfront, de Leonard Bernstein.


Vídeo de kimbabwapodo

La elección de Teresa es Al mar, la canción que lanzó a la fama a Manel.


Vídeo de Carduret

José Luis eligió a James Taylor con su canción The Water Is Wide.


Vídeo de lombardotkd

Alfredo nos trae el clásico de Simon & Garfunkel Bridge Over Troubled Water.


Vídeo de KarmicOmen

Barbebleue, muy hábilmente, nos trae Smoke On The Water de Deep Purple, una canción que, aparte de tener el riff definitivo del rock and roll, menciona en su letra a nuestro adorado Frank Zappa. ¿Se puede pedir más?



Vídeo de oiesoudou

Atticus se nos pone tropical y elige Agua de beber, de Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes, cantada por Astrud Gilberto.


Vídeo de jrrylpz

Glòria también elige una canción brasileña pero en su versión italiana: Mina canta La pioggia di marzo, de Tom Jobim.


Vídeo de gelido95

Joaquim nos recuerda a la olvidada Teresa Rebull con su Dona d'aigua.


Vídeo de jasabet2

La elección de Assur es Anells d'aigua, de Maria del Mar Bonet.


Vídeo de timurturkan

Y mi elección, con la que cerramos este eslabón de la cadena, es Cold Water de Tom Waits, un blues de manual.


Vídeo de krazimuffin

Ya que estamos en invierno y que parece que las temperaturas han decidido por fin ponerse de acuerdo con el calendario (o eso dicen las previsiones), y dado que la palabra water ya está gastada, vamos a seguir jugando con la otra palabra del título de la canción de Tom Waits: cold, o sea, frío. Espero vuestras canciones frías para continuar encadenando.

jueves, 5 de enero de 2012

Auf Flügeln des Gesanges


A mí, ya lo sabéis, me gusta mucho la música experimental, que muchas veces apela más a lo intelectual que a lo sentimental y que busca despertar en el oyente sensaciones que no tienen por qué ser necesariamente agradables. Pero dado que la vida se va pareciendo cada vez más a una escena de Wozzeck o de Lulu, he pensado que este año voy a pedirles a los Reyes Magos que nos traigan a todos un medio para intentar evadirnos de nuestros problemas cotidianos, aunque sólo sea por unos minutos: la belleza. Y por si, embrutecidos por las muñecas con pintas de poligonera, los CDs de reguetón y tantas otras porquerías como les toca traer, los Reyes se han olvidado de qué es la belleza, se lo recordaremos con ayuda de Felix Mendelssohn y Victoria de los Ángeles.

Auf Flügeln des Gesanges (Sobre las alas del canto) es el lied más famoso de Mendelssohn. Fue compuesto en un período de alegría, tras haber dejado atrás unos años difíciles, partiendo de un poema del poeta romántico Heinrich Heine en el que se habla de la capacidad que tiene la música para transportarnos a mundos mejores. Os dejo la letra en su versión original alemana y traducida al castellano y el vídeo de la gran Victoria de los Ángeles, que siempre es una garantía de belleza.


Auf Flügeln des Gesanges,
Herzliebchen, trag ich dich fort,
Fort nach den Fluren des Ganges,
Dort weiß ich den schönsten Ort;

Dort liegt ein rotblühender Garten
Im stillen Mondenschein,
Die Lotosblumen erwarten
Ihr trautes Schwesterlein.

Die Veilchen kichern und kosen,
Und schaun nach den Sternen empor,
Heimlich erzählen die Rosen
Sich duftende Märchen ins Ohr.

Es hüpfen herbei und lauschen
Die frommen, klugen Gazelln,
Und in der Ferne rauschen
Des heilgen Stromes Well'n.

Dort wollen wir niedersinken
Unter dem Palmenbaum,
Und Liebe und Ruhe trinken,
Und träumen seligen Traum.



Sobre las alas del canto,
amada de mi corazón,
te conduzco hacia los prados del Ganges,
donde conozco el lugar más hermoso.

Allí hay un jardín con flores rojas
en el sereno claro de luna;
las flores de loto esperan
a su querida hermanita.

Las violetas sonríen y hablan graciosas
y miran hacia las estrellas;
secretamente se narran las rosas
perfumados cuentos al oído.

Llegan saltando y escuchan las piadosas,
inteligentes gacelas;
y en la lejanía murmuran
las olas del sagrado río.

Allí queremos postrarnos
debajo de la palmera
y beber amor y sosiego
y soñar un sueño feliz.




Vídeo de c1wang

domingo, 1 de enero de 2012

Gogol Suite de Alfred Schnittke: valses y polcas para el año nuevo




Es tradición empezar el año escuchando valses y polcas, pero en este blog nunca hemos sido muy aficionados a la música de la familia Strauss, así que optaremos por un par de valses y una polca de un autor que ya nos ha visitado otras veces y se ha convertido en uno de nuestros iconos. Lo cual dice muy poco en nuestro favor, seguramente. Me estoy refiriendo a Alfred Schnittke, un compositor de nacionalidad rusa, etnia alemana y un inquietante parecido con Michael Douglas.

En 1980, Schnittke puso música a una obra de teatro experimental basada en  la obra literaria de Gogol. Esos fragmentos fueron recuperados posteriormente bajo el nombre de Gogol Suite. Lo cierto es que no deja de ser música de acompañamiento, que al carecer de su complemento teatral queda algo coja. Está muy lejos de ser una obra maestra, pero cumple su función como creadora de atmósferas inquietantes, y a nosotros nos va a servir para dar la bienvenida al año 2012.

Empezaremos con el tercer movimiento, un tiempo de vals titulado El retrato. Escuchamos a la Orquesta Sinfónica del Estado Ruso dirigida por Valery Poliansky.


Vídeo de anaklasis

Lo que escuchamos ahora es una versión polkística y camerística del cuarto movimiento de la suite, titulado El abrigo, a cargo de Gidon Kremer y Kremerata Baltica.


Vídeo de Foeniculum01

Y por último, el séptimo movimiento, otro vals, titulado El baile. Los intérpretes son los mismos que en el primer vals.


Vídeo de anaklasis