viernes, 27 de abril de 2012
Paysages de lune, de Pierre-Alain Jaffrennou
Pierre-Alain Jaffrennou (Besançon, 1939), de formación científica y posteriormente musical, ha basado gran parte de su carrera artística en el maridaje entre las dos vertientes de sus estudios. Sus composiciones incluyen piezas puramente instrumentales, electroacústicas y electrónicas, y su principal campo de investigación es la aplicación de la informática en la creación musical.
Todo esto lo sé porque lo acabo de buscar en internet, movido por una obra suya de 1989 que he escuchado y me ha parecido magnífica. Y esa obra, titulada Paysages de lune e interpretada por Anne Laure Pascal y Christophe Roy (violoncellos) y el Ensemble Instrumental dirigido por Éric Sprogis, la podéis escuchar (sólo un extracto) aquí:
Vídeo de OMaclac
martes, 17 de abril de 2012
Canciones encadenadas XXVI: Números
Hace casi dos meses dejamos el juego de las canciones encadenadas con Nick Cave and the Bad Seeds cantando Fifteen Feet of Pure White Snow. Ahora lo retomamos con otras canciones que contengan números en su título o en su letra.
Empieza Kalamar con una canción de Police, Murder by Numbers. De las dos opciones que ofrece youtube, lógicamente me voy a quedar con la que incluye a Frank Zappa, todo un icono de las canciones encadenadas.
Vídeo de MANCATDRZ
Atticus opta por Seven Seas, de Echo and the Bunnymen.
Vídeo de Insolution55
La elección de maac es Nineteen in Naples, de Jonathan Richman.
Audio de FerranMV
Con Teresa cambiamos de idioma y de estilo para escuchar a Mina cantando el bolero Tres palabras de Osvaldo Farrés.
Vídeo de minafan51
José Luis elige a Paul Simon cantando 50 Ways to Leave Your Lover.
Vídeo de THE59TH
Josep nos trae un directo de los primeros Rolling Stones, con el gran Brian Jones, cantando un temazo: 19th Nervous Breakdown.
Vídeo de SixtiesPopGoldExtra
Barbebleue aprovecha para colar dos temas (Sofa No.1 y Sofa No.2), lo cual está muy bien porque ambos son de Frank Zappa, con lo que son ya tres las veces que Zappa aparece en esta entrada.
Vídeos de vinzer72frie
Allau opta por Sixty Years On, de Elton John, una canción con un bonito acompañamiento orquestal.
Vídeo de rockermad
Alfredo elige Pennsylvania 6-5000, de Jerry Gray y Carl Sigman, popularizada por Glenn Miller y su orquesta, a quienes se la escuchamos.
Vídeo de Nocaro
Glòria sugirió dos canciones, de las cuales sólo he sido capaz de encontrar una, que por suerte es la que más me gustaba. Escuchamos a Adriano Celentano cantando 24000 baci.
Vídeo de oreste232
Y por último, mi elección es Perfect 10, de los británicos The Beautiful South.
Vídeo de inwinethetruth
Una de las características más reconocibles de The Beautiful South es que tienen dos cantantes solistas, una voz masculina y una femenina, y cantan juntos en la mayoría de sus canciones. Para la siguiente entrega de las canciones encadenadas vamos a buscar temas en los que un hombre y una mujer compartan el protagonismo. Valen dúos, colaboraciones y cualquier cosa que se os ocurra.
lunes, 2 de abril de 2012
Thaïs en Les Arts, un merecido éxito
Tercera función de Thaïs y, dicen quienes estuvieron en las anteriores, la más lograda hasta el momento, sobre todo gracias a la mejora en la dirección musical de Patrick Fournillier y al mayor dominio del papel de Athanaël por parte de Plácido Domingo. Vamos, que por fin se lo ha aprendido. Y uno se pregunta, si le ha costado una semana aprendérselo, ¿por qué no empezó a estudiarlo una semana antes?
Poco hay que añadir a las fantásticas crónicas de Atticus (1ª función) y maac (2ª función), así que seré breve. En general, una muy buena función en la que tanto los intérpretes como los cuerpos estables, la dirección musical y la dirección de escena estuvieron a un alto nivel.
Patrick Fournillier, como en sus anteriores visitas al Palau de les Arts, demuestra que conoce bien la partitura, que domina el estilo y que sabe sacar partido de la calidad de la Orquestra de la Comunitat Valenciana. No hubo genialidades en su dirección, pero a mí me gustó su visión de la obra, coherente, con un sonido muy limpio y respetuosa con los cantantes. También el Cor de la Generalitat Valenciana me gustó (como es habitual), especialmente los cenobitas.
Aunque en este caso no fuese el mayor atractivo del reparto (sí la más atractiva, pero eso es otro cantar), la protagonista de la obra es Thaïs, así que empezaremos a repasar la actuación de los solistas por su intérprete, Malin Byström. Su voz es muy bonita, con un personal tinte oscuro, pero carece de graves audibles y sus agudos resultan siempre tirantes y problemáticos y en más de una ocasión calados, lo que reduce considerablemente la tesitura en la que puede lucir su belleza tímbrica con efectividad. Lo compensa, en parte, con un canto elegante y una correcta actuación. ¿Es una buena soprano? Sin duda, pero no creo que sea el de Thaïs el papel que mejor le permite demostrarlo.
Plácido Domingo, que en la primera función aún no tenía el papel bien aprendido, se debe haber puesto las pilas porque ayer parecía que llevaba años cantándolo. Reconozco que cuando leía crónicas en blogs, prensa y foros que le alababan y decían que viéndole sobre las tablas uno olvidaba que no era un auténtico barítono creía que mentían, que exageraban. Todos sabemos que no son pocos quienes creen que Domingo siempre está bien, incluso cuando está mal, y que hay que poner en cuarentena cualquier afirmación relacionada con él o podemos acabar creyendo que su Simon Boccanegra es el mejor de la historia, que su Siegmund actual suena juvenil o que domina el estilo de la ópera barroca, todas ellas afirmaciones que he leído yo con estos ojitos y que son, digámoslo claramente, falsas. Pues bien, lo de que uno se olvida de que no es un barítono es cierto, o al menos lo fue para mí, tan grande es su carisma y su habilidad para llevarse la partitura a su terreno. No niego que hubo graves que sonaron de aquellas maneras, que estaba más cómodo en los pasajes de escritura más aguda y que cambiaba las vocales a placer, pero es innegable que su actuación fue loable y sorprendente en alguien de su edad, tanto en lo vocal como en lo actoral.
Me gustó el bajo Gianluca Buratto como Palémon, con una voz algo baritonal pero potente y bien emitida (y al fin y al cabo, que mejor que un bajo baritonal para acompañar a un tenor metido a barítono). El Nicias de Paolo Fanale, en cambio, no estuvo al nivel de sus compañeros de reparto. Empezó muy fuerte, cantando con una entrega excesiva, quizá queriendo compensar el hecho de que su material vocal era el más pobre de todo el reparto, pero fue perdiendo fuelle hasta resultar casi inaudible en su última aparición al final del segundo acto. La voz es bonita, eso sí. Bien Micaëla Oeste (Crobyle), Marina Rodríguez-Cusí (Myrtale) y María José Suárez (Albine) en sus breves papeles, así como Aldo Heo (sirviente).
La puesta en escena de Nicola Raab me gustó mucho, ante todo por su gran belleza y efectividad, pero también por cómo maneja el concepto de teatro dentro del teatro. Ya sé que eso está más visto que el tebeo, pero hay que saber hacerlo, y en esta puesta en escena se hace bien. Tenía mis dudas sobre cómo iba a sentarle al libreto el traslado al siglo XIX que propone Raab, pero la verdad es que le sienta estupendamente, y transformar a los cenobitas en masones y a Thaïs en una diva de la escena son grandes aciertos. Luego hay otros detalles que gustarán más o menos, pero el cómputo global es para mí muy positivo. Y ya tenía ganas de poder decir eso de una puesta en escena, sobre todo después de la mamarrachada del Don Giovanni de Jonathan Miller, que aún no he conseguido olvidar.
Poco hay que añadir a las fantásticas crónicas de Atticus (1ª función) y maac (2ª función), así que seré breve. En general, una muy buena función en la que tanto los intérpretes como los cuerpos estables, la dirección musical y la dirección de escena estuvieron a un alto nivel.
Patrick Fournillier, como en sus anteriores visitas al Palau de les Arts, demuestra que conoce bien la partitura, que domina el estilo y que sabe sacar partido de la calidad de la Orquestra de la Comunitat Valenciana. No hubo genialidades en su dirección, pero a mí me gustó su visión de la obra, coherente, con un sonido muy limpio y respetuosa con los cantantes. También el Cor de la Generalitat Valenciana me gustó (como es habitual), especialmente los cenobitas.
Aunque en este caso no fuese el mayor atractivo del reparto (sí la más atractiva, pero eso es otro cantar), la protagonista de la obra es Thaïs, así que empezaremos a repasar la actuación de los solistas por su intérprete, Malin Byström. Su voz es muy bonita, con un personal tinte oscuro, pero carece de graves audibles y sus agudos resultan siempre tirantes y problemáticos y en más de una ocasión calados, lo que reduce considerablemente la tesitura en la que puede lucir su belleza tímbrica con efectividad. Lo compensa, en parte, con un canto elegante y una correcta actuación. ¿Es una buena soprano? Sin duda, pero no creo que sea el de Thaïs el papel que mejor le permite demostrarlo.
Plácido Domingo, que en la primera función aún no tenía el papel bien aprendido, se debe haber puesto las pilas porque ayer parecía que llevaba años cantándolo. Reconozco que cuando leía crónicas en blogs, prensa y foros que le alababan y decían que viéndole sobre las tablas uno olvidaba que no era un auténtico barítono creía que mentían, que exageraban. Todos sabemos que no son pocos quienes creen que Domingo siempre está bien, incluso cuando está mal, y que hay que poner en cuarentena cualquier afirmación relacionada con él o podemos acabar creyendo que su Simon Boccanegra es el mejor de la historia, que su Siegmund actual suena juvenil o que domina el estilo de la ópera barroca, todas ellas afirmaciones que he leído yo con estos ojitos y que son, digámoslo claramente, falsas. Pues bien, lo de que uno se olvida de que no es un barítono es cierto, o al menos lo fue para mí, tan grande es su carisma y su habilidad para llevarse la partitura a su terreno. No niego que hubo graves que sonaron de aquellas maneras, que estaba más cómodo en los pasajes de escritura más aguda y que cambiaba las vocales a placer, pero es innegable que su actuación fue loable y sorprendente en alguien de su edad, tanto en lo vocal como en lo actoral.
Me gustó el bajo Gianluca Buratto como Palémon, con una voz algo baritonal pero potente y bien emitida (y al fin y al cabo, que mejor que un bajo baritonal para acompañar a un tenor metido a barítono). El Nicias de Paolo Fanale, en cambio, no estuvo al nivel de sus compañeros de reparto. Empezó muy fuerte, cantando con una entrega excesiva, quizá queriendo compensar el hecho de que su material vocal era el más pobre de todo el reparto, pero fue perdiendo fuelle hasta resultar casi inaudible en su última aparición al final del segundo acto. La voz es bonita, eso sí. Bien Micaëla Oeste (Crobyle), Marina Rodríguez-Cusí (Myrtale) y María José Suárez (Albine) en sus breves papeles, así como Aldo Heo (sirviente).
La puesta en escena de Nicola Raab me gustó mucho, ante todo por su gran belleza y efectividad, pero también por cómo maneja el concepto de teatro dentro del teatro. Ya sé que eso está más visto que el tebeo, pero hay que saber hacerlo, y en esta puesta en escena se hace bien. Tenía mis dudas sobre cómo iba a sentarle al libreto el traslado al siglo XIX que propone Raab, pero la verdad es que le sienta estupendamente, y transformar a los cenobitas en masones y a Thaïs en una diva de la escena son grandes aciertos. Luego hay otros detalles que gustarán más o menos, pero el cómputo global es para mí muy positivo. Y ya tenía ganas de poder decir eso de una puesta en escena, sobre todo después de la mamarrachada del Don Giovanni de Jonathan Miller, que aún no he conseguido olvidar.
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