lunes, 31 de marzo de 2008

Requiem de Verdi en les Arts

Por fin pude entrar en el Auditorio del Palau de les Arts, situado en el decimoprimer piso del edificio. Una sala de gran capacidad y estéticamente muy llamativa, parece que uno esté en el interior del monstruo Leviatán. Desgraciadamente, el sonido no es nada bueno, al menos en la última fila que es donde yo estaba. Quizá sea la reverberación a causa del panel cerámico que Calatrava puso en el fondo, quizá sea simplemente que está mal construído, el caso es que cuando orquesta y coro subían el volumen el sonido llegaba de forma poco nítida. Era un sonido borroso, si se me permite la sinestesia. Además, en uno de los silencios escuché la sirena de una ambulancia en el exterior. Otro punto negativo es que sobre la orquesta hay una serie de paneles de cristal, supongo que tendrán una utilidad desde el punto de vista de la sonoridad, pero el caso es que me taparon totalmente al coro, excepto a la primera fila de sopranos. Y es que el coro está situado en las alturas, muy alejado de la orquesta.


Pero vamos a lo realmente importante, la música. El Requiem de Verdi es una obra grandiosa, en la tradición de Berlioz, aunque sin la exageración en los medios del francés. Aunque es falso que sea una ópera disfrazada de música religiosa, como tantas veces se ha dicho, conociendo algo sobre la vida del autor sí podemos decir que su intención a la hora de componer la obra no era la de crear música litúrgica, de hecho él mismo no era un hombre religioso y parece que hay motivos para pensar que ni siquiera era creyente, por lo que su Requiem sería más un lamento ante la muerte que una muestra de confianza en la salvación y la vida eterna. Hay varias razones para pensar así. Una de ellas es el tremendo Dies Irae, en el que se enfatiza lo terrible del día del juicio final con una música que no deja ni un rincón para la esperanza. Además, durante la obra, y saltándose la ortodoxia de la liturgia, Verdi hace regresar varias veces el tema del Dies Irae como queriendo remarcar que por mucho que las voces solistas en sus intervenciones supliquen clemencia el destino es inmutable. Otra de las razones para creer en la visión pesimista de la obra es el desasosegante final, con la soprano susurrando Libera me mientras la música se va apagando hasta desaparecer.

Lorin Maazel, con el que he sido bastante crítico comentando su dirección de orquesta en varias óperas, estuvo ayer impecable. Desde el principio del Requiem aeternam, con las cuerdas graves murmurando en el silencio y creciendo gradualmente, estaba claro que íbamos a presenciar todo un acontecimiento orquestal y así fue. En el Dies irae dió rienda suelta a su lado más dramático, consiguiendo un resultado óptimo. La orquesta y el coro estuvieron en su nivel de excelencia habitual, ya parece un tópico pero es lo que hay, son muy buenos y bien que lo disfrutamos los que podemos escucharlos.

Los solistas estuvieron todos muy bien, lo cual me sorprendió gratamente porque no las tenía todas conmigo. La soprano Micaela Carosi, reciente Aida en el Liceu, estuvo correcta, quizá algo mecánica en ciertas partes pero desde luego no en sus momentos más complicados, que resolvió con arrojo. Elena Maximova, la mezzosoprano, empezó algo dubitativa pero acabó gustándome. Su voz es muy bonita y muy rica en armónicos, lo que le permitió colorear sus frases con gran belleza. Al que más temía después de escuchar su reciente y deficiente Rinuccio en el Gianni Schicchi de La Scala era al tenor Vittorio Grigolo, y ciertamente fue el solista más heterogéneo del grupo, aunque finalmente acabó resolviendo bien su parte. Pecó quizá de un exceso de dramatismo, tanto en sus gestos como en su canto, así como de cierta linealidad, moviéndose todo el rato entre el forte y el fortissimo, algo que quedaba aún más patente por la comparación con el fraseo meticuloso y sosegado de Pape. En el aspecto positivo hay que destacar un timbre de gran belleza, joven, sano y con un brillo solar. Su entrega excesiva contrastaba con la sobriedad del bajo René Pape, estrella principal del cartel. Hay que destacar su inteligencia musical, su amplia gama de matices y su dominio del instrumento, una voz que aún en los momentos más exaltados conserva una textura suave y acariciadora.

Vamos a escuchar a René Pape cantando el Confutatis del Requiem de Verdi en el año 2001. Éste es uno de esos momentos que comentaba más arriba en el que Verdi hace volver el desesperanzador tema del Dies Irae respondiendo a la petición de clemencia del solista (gere curam mei finis, hazte cargo de mi destino).



Vídeo de Gabba02

viernes, 28 de marzo de 2008

Mattinata: Desvelamos los nombres

Ante todo, felicidades a maac por haber sido el único que se ha atrevido a desvelar el enigma. Los ha acertado todos excepto uno, Vic Damone, que a decir verdad ni yo sabía quién era, así que no se lo tendré en cuenta y lo proclamaré igualmente campeón del concurso matinal. La recompensa, en breve. También quiero agradecer el esfuerzo a los que habéis dejado comentarios: Golaud, Ximo y Teresa (y Papagena, aunque al final no haya comentado las versiones). La verdad es que me esperaba más comentarios, pero parece ser que hay lectores del blog que no se animan a participar. Venga va, que aquí no nos comemos a nadie, que tampoco cuesta tanto elegir un par de versiones favoritas.

Veamos ahora los nombres de los tenores, crooners e inclasificables que cantaban las diferentes versiones de Mattinata:

Mattinata 1: Alfredo Kraus, que en esta versión no parece acabar de cogerle el punto a la canción. Tiene mejores versiones, cierto, pero aún así la competencia es muy dura. Se queda sin comentarios favorables el tenor canario.

Mattinata 2: Beniamino Gigli, el que para muchos es el mejor tenor de la historia, nos da aquí una lección de canto, de estilo y de buen gusto. Ha recibido comentarios positivos de Golaud, maac y Ximo con toda justicia.

Mattinata 3: Andrea Boccelli, pseudo-tenor. Si realmente estuviese capacitado para cantar, canciones como esta serían su oportunidad para demostrar que, aunque no pueda representar óperas completas en escena, sí puede cantar arias, lieder o canciones de compositores clásicos con dignidad. Pero la primera escucha de la canción nos deja claro que nos encontramos ante un camelo. Ha recibido unanimidad de votos negativos, no podía ser de otra forma.

Mattinata 4: Luciano Pavarotti, entre los favoritos de Golaud y de maac, y también entre los míos.

Mattinata 5: Plácido Domingo, sorprendentemente se queda sin votos. Digo sorprendentemente por ser quien es, la versión es bastante del montón y el acompañamiento orquestal es pachanguero a más no poder.

Mattinata 6: Dean Martin nos canta esta peculiar versión en inglés, You're breaking my heart, al más puro estilo crooner. Está entre las elegidas de Ximo. Muy bonita, pero me quedo con la otra versión similar.

Mattinata 7: Fritz Wunderlich, cuya pronunciación espantosa hace que se nos atragante a todos. De no ser por la pronunciación, como dice maac, sería una versión referencial. Y es que Wunderlich no sabría italiano, pero cantar sí sabía, y mucho.

Mattinata 8: Mario Lanza, en una versión muy digna. La oportunidad que mencionaba con Boccelli de ponerse al nivel de los tenores operísticos en este repertorio más fácil está aquí totalmente aprovechada.

Mattinata 9: Mario del Monaco, derrocha vozarrón y fiato pero falla en el estilo. Aún así, me esperaba algo peor, más fiero, más Otello.

Mattinata 10: Vic Damone, un crooner italo americano desconocido para mí hasta ahora, canta la misma versión en inglés que hemos escuchado a Dean Martin. Para mi gusto y para el de Teresa, mejor que éste último.

Mattinata 11: Enrico Caruso, dedicatario de la canción, canta estupendamente la primera grabación de esta pieza con el propio Leoncavallo al piano. Un pedazo de historia de la música y una fantástica interpretación, elegida por Golaud, maac y Ximo entre sus preferidas.

Mattinata 12: Al Bano, sin Romina Power. Un espanto, no hay otra definición. Unanimemente seleccionada entre las infumables.

Mattinata 13: Jaume Aragall, cuenta con el apoyo de Teresa y el visto bueno de maac. A mí la verdad es que no me acaba de convencer, y eso que Aragall es una debilidad para mí.

Mattinata 14: Josep Carreras, en una peculiar versión con castañuelas escogida por Ximo y Teresa. Belleza tímbrica y fraseo apasionado, una gran interpretación.

domingo, 23 de marzo de 2008

Mattinata - Ruggero Leoncavallo



Esta canción de Ruggero Leoncavallo siempre me ha gustado mucho, y eso que es bien simple. O quizá precisamente por eso.

Dado que voy a estar fuera durante unos días y no voy a poder actualizar el blog, os propongo un juego: una cata a ciegas de versiones de Mattinata. Os dejo catorce versiones distintas para que digais cuales os gustan más y cuales menos. Algunas versiones están enfocadas desde un punto de vista más operístico, otras la tratan como lo que es, una canción, otras son una especie de crossover con mayor o menor fortuna. En algunos casos es muy fácil identificar al cantante, en otros cuesta bastante más. En cualquier caso, comentadme cuales son vuestras favoritas. No tengáis miedo, es un juego abierto a todos y hay versiones de todo tipo, no hace falta ser un experto para poder elegir unas u otras. Si alguien se quiere arriesgar a decir los nombres de los cantantes, como en los concursos de Ximo, que lo haga por mail para no dar pistas (imperatortitus@gmail.com). Hay grandes premios, como ponía en las tapas de los yogures, aunque aviso ya que sacar los catorce nombres es muy difícil. Tenéis hasta el sábado que viene para escuchar todas las versiones, entonces desvelaré los nombres de los intérpretes.

Espero vuestros comentarios.

Hasta pronto!!

"Mattinata-1"

"Mattinata-2"

"Mattinata-3"

"Mattinata-4"

"Mattinata-5"

"Mattinata-6"

"Mattinata-7"

"Mattinata-8"

"Mattinata-9"

"Mattinata-10"

"Mattinata-11"

"Mattinata-12"

"Mattinata-13"

"Mattinata-14"

viernes, 21 de marzo de 2008

Passing through - Leonard Cohen

Gran canción, lástima que sólo encuentre esta versión tan recargada y setentera.

I saw Jesus on the cross, on a hill called Calvary. "Do you hate mankind for what they've done to you?" He said: "Talk of love, not hate. Things to do, it's getting late. I've so little time and I'm only passing through".

Apropiado para un viernes santo, ¿no?


Vídeo de musicloveraustria

miércoles, 19 de marzo de 2008

John Stainer - The Crucifixion

Estamos en Semana Santa y parece casi obligatorio recordar alguna de las grandes obras que a lo largo de la historia se han compuesto para recordar la pasión de Cristo. Vamos a apartarnos un poco del camino más trillado y a buscar una pieza poco escuchada fuera del Reino Unido pero que forma parte del repertorio coral inglés y de la liturgia anglicana durante esta semana. Estamos hablando de The Crucifixion, de John Stainer (1840-1901). Stainer fue organista en la catedral de St Paul y profesor de música en Oxford. Su labor compositiva se centró en la música religiosa, especialmente himnos para ser cantados en las parroquias. Los himnos eran interpretados por los propios feligreses o por pequeñas agrupaciones amateurs, por lo que debían ser simples en su construcción y fáciles de cantar. Stainer era un especialista en conseguir resultados conmovedores a partir de melodías simples.


La cantata The Crucifixion: A meditation on the Sacred Passion of the Holy Redeemer fue compuesta en 1887 con el fin de proveer a las parroquias rurales de música para los oficios de Semana Santa. En aquella época las pasiones de J.S. Bach acababan de ser redescubiertas y compartían con las obras de Haendel el gusto del público inglés, así que Stainer las tomó como base para su obra. Los recursos para los que está compuesta son los que había en las iglesias de la época, coro y órgano, además de un tenor y un bajo como solistas. Aunque la música de John Stainer pasó pronto de moda y ha sido muy criticada desde su muerte, The Crucifixion nunca cayó en el olvido y sigue interpretándose cada año por todo el Reino Unido.

El fragmento que vamos a escuchar, el más ambicioso de toda la obra, se titula Processional to Calvary y está descrito desde el punto de vista de un espectador cristiano que ve pasar a Cristo con la cruz. Copio y traduzco las palabras de Michael Temperley que acompañan a la grabación de Naxos que escucharemos a continuación:

Se oye a Cristo y sus seguidores acercándose durante la larga introducción del órgano en La menor: primero una tranquila marcha que será el tema recurrente en la estructura de rondó, después (pasando al modo mayor) una melodía lírica acompañada por acordes que se repiten, al estilo de los lieder. El coro entra durante la siguiente exposición del rondó con un perentorio "Fling wide the gates!", y aunque no hay ninguna mención a ninguna puerta en los relatos bíblicos, este grito es una forma efectiva de integrar el movimiento, que se repite como si los soldados se pasasen la orden unos a otros. El tema de las puertas se funde con el tema del rondó y va cambiando de tonalidad hasta que el tenor nos devuelve el tema lírico, en la remota tonalidad de La bemol mayor: "How sweet is the grace of His sacred Face". Aquí el espectador consigue ver por un instante la cara de Jesús cuando éste pasa por delante de él, mientras que los ritmos de los que siguen marchando pasan a un segundo plano. Esta idea, quizá sugerida por el "Reconocimiento" en el Carnaval de Schumann, está plasmada aquí con gran belleza, pero inevitablemente la repetitiva marcha acaba desvaneciendo el sueño ("Then on to the end") y finalmente se pierde en la distancia de camino al Calvario.


Vamos a escuchar al tenor James Gilchrist y el coro del Claire College de Cambridge cantando esta pieza con Stephen Farr al órgano.

Pincha aquí para escuchar 'Processional to Calvary'

lunes, 17 de marzo de 2008

Joseph Schmidt, el tenor del pueblo


Ya hacía tiempo que quería dedicar una entrada al tenor Joseph Schmidt (1904-1942), poseedor de una voz extraordinaria y una historia de lo más curiosa. Schmidt nació en el seno de una familia judía de Davidende, ciudad que entonces pertenecía al Imperio Austro-húngaro pero que poco después pasó a ser parte de Rumanía y actualmente pertenece a Ucrania. Aunque su pasaporte era rumano, Schmidt siempre dijo que su auténtica nacionalidad era judío. Su idioma materno era el yiddish, aunque también hablaba hebreo, rumano, alemán, francés e inglés.

Desde pequeño, Joseph Scmidt mostró una gran aptitud para el canto, primero como miembro del coro en la sinagoga de Czernowitz y más tarde como cantor. A los veinte años decidió marchar a Berlín para estudiar canto y allí empezó su exitosa carrera como tenor de ópera. El suyo fue un caso muy curioso, pues su carrera no se desarrolló sobre las tablas, sino en los estudios de radio. Su corta estatura, menos de 1'50, le impedía representar papeles en los escenarios, nadie estaba dispuesto a contratar a un Manrico o a un Tamino que le llegase a la cintura a Leonora o Pamina. Para su fortuna, el inicio de su carrera coincidió con la popularización de la radio, donde la estatura era indiferente. Su voz de tenor lírico con gran facilidad para los agudos sonaba especialmente bien al ser captada por los micrófonos, al parecer mejor que la de otros cantantes con voces más bellas al natural, misterios de la tecnología. Entre 1929 y 1933, Schmidt cantó en más de 37 óperas para Radio Berlín, lo que le convirtió en un ídolo en el ámbito germánico, llegando a ser conocido como "el tenor del pueblo". Hay que destacar su gran versatilidad, pues su repertorio abarcaba desde papeles tan ligeros como el Almaviva del Barbiere hasta otros de mayor peso, como el Eleazar de La Juive, pasando por Manrico, Rodolfo, Vasco da Gama...

Gracias a su éxito radiofónico, Schmidt pudo debutar en el teatro con La Bohéme en 1939 y grabar varias películas. Una de ellas, titulada Una canción da la vuelta al mundo, fue pensada especialmente para él. En ella interpreta a un tenor que no puede empezar una carrera en los escenarios debido a su corta estaura y acaba triunfando en la radio, lo mismo que le pasó a él. Su popularidad creció aún más gracias a estas películas, pero su éxito no fue bien visto por el nazismo, en el poder desde 1933. Pronto se le prohibió actuar en Alemania y Austria, pero siguió cantando en Bélgica, Holanda y Francia con regularidad, aparte de recorrer toda Europa y EEUU en varias giras.

El estallido de la II Guerra Mundial le sorprendió en Francia. Tras un intento fallido de escapar a EEUU, acabó en el campo de refugiados suizo de Gyrenbad. Su debilitada salud no pudo soportar los rigores del internamiento y murió en 1942, a los 38 años.

Aquí podemos ver a Joseph Schmidt cantando Una furtiva lagrima, de L'elissir d'amore de Donizetti.



Vídeo de Pawelp

Veamos ahora un fragmento de la película Una canción da la vuelta al mundo en el que Schmidt canta un aria de L'Africaine de Meyerbeer, eso sí, en alemán.



Vídeo de jozefsterkens

sábado, 15 de marzo de 2008

Octeto de violonchelos Conjunto Ibérico - Pasión Argentina

Hace poco más de un año tuve ocasión de asistir a un concierto del octeto de violonchelos Conjunto Ibérico, casi por casualidad, porque acompañaban a Teresa Berganza, que es a quien yo había ido a ver. Me sorprendió entonces la calidad de esta peculiar formación, capaz de sonar como una orquesta de cámara a pesar de la falta de variedad instrumentística. Esta semana he recibido su último disco hasta la fecha, Pasión Argentina, en el que tocan piezas de Piazzolla, Ginastera y Guastavino, casi siempre acompañando a la mezzo Elena Gragera, aunque hay dos piezas instrumentales, Pampeana nº2 y el Ballet Estancia, ambas de Ginastera.

El Conjunto Ibérico fue fundado por su director, Elías Arizcuren, famoso violonchelista y fundador del Trío Mendelssohn, en 1989 y desde entonces se ha convertido en una referencia en la música de cámara a nivel mundial, siendo dedicatarios de composiciones de autores tales como Xenakis, Halffter, De Pablo, Denisov, Bussotti, Pärt, Boulez, Kagel y Glass entre otros. Además de estas nuevas composiciones, su repertorio se basa en reducciones para ocho chelos de obras compuestas para otra instrumentación, que es lo que nos encontramos en Pasión Argentina.

Escuchemos ahora al Conjunto Ibérico en dos de las piezas de éste disco. Primero en una milonga de Astor Piazzolla cantada por Elena Gragera, El Títere, y después en el último movimiento del Ballet Estancia, Malambo.

Pincha aquí para escuchar 'El Títere - Piazzolla'

Pincha aquí para escuchar 'Malambo - Ginastera'

miércoles, 12 de marzo de 2008

Jaroussky canta Haendel

Ayer el contratenor Philippe Jaroussky y la soprano Nuria Rial cantaron una selección de piezas de Haendel en el Palau de la Música de Valencia. No voy a hablar acerca del concierto porque todo lo que podría decir ya lo ha dicho maac en su blog, pero sí me gustaría recordar algunas de las arias que escuchamos, como esta Mi lusinga il dolce affetto, perteneciente a la ópera Alcina.


Vídeo de MehdiCaps

O la virtuosística Venti, turbini, de Rinaldo.


Vídeo de artisLV

Un gran concierto que tuvo también la ventaja de que nos permitió a los valencianos y al almassorí adjunto, que es un servidor, conocer a Mei, quien además de tener uno de los blogs referenciales en lo musical es un encanto de persona.
Últimamente estamos todos barrocos perdidos, por mí que dure.

lunes, 10 de marzo de 2008

The Velvet Underground (V) - Los inicios


Como prometí al acabar el repaso a los cuatro discos oficiales de The Velvet Underground, voy a dedicar unas entradas a diversas rarezas del grupo neoyorquino. Empezamos hoy con unas canciones grabadas en 1965 en el desván de Manhattan en el que vivía John Cale. El grupo todavía estaba en proceso de formación, aún no tenían a nadie a la batería y John Cale aún no se había comprado el bajo. La grabación casera incluye seis canciones, algunas de las cuales acabarían formando parte del primer disco de la Velvet: Venus in Furs, Prominent Men, Heroin, I'm Waiting for the Man, Wrap Your Troubles in Dreams y All Tomorrow's Parties. Aunque el sonido es bastante malo y se oyen ruidos de fondo procedentes de la calle, para los seguidores de la Velvet es muy curioso saber cómo eran originalmente las canciones de la primera época del grupo, por lo que el documento tiene mucho valor.

Empezaremos escuchando la primera de todas, Venus in Furs, en una versión muy distinta a la que acabaría apareciendo en el primer disco. Aquí es John Cale y no Lou Reed quien pone la voz, consiguiendo un efecto hipnótico que recuerda más a un canto ritual que a una canción pop.

La siguiente canción es Prominent Men, que nunca llegó a formar parte del repertorio del grupo. Esta canción nos muestra una temprana inluencia de Lou Reed: Bob Dylan. Como curiosidad, en esta canción Lou Reed también toca la armónica, en el más puro estilo dylaniano.


Pincha aquí para escuchar 'Prominent Men'

Para acabar, escucharemos I'm Waiting for the Man tal y como nació, desprovista de toda la agresividad con la que apareció en el disco oficial. Aunque estamos acostumbrados a escuchar esta canción como una especie de atentado sonoro proto-punk, en su versión primitiva era un blues de lo más clásico.


Pincha aquí para escuchar 'I'm waiting for the man'


La grabación completa, con varias tomas de cada canción, está a disposición de quien esté interesado, si es que alguien lo está.

viernes, 7 de marzo de 2008

La música más triste


En 1920, tras el fallecimiento de su esposa, un maduro Edward Elgar compone el elegíaco Concierto para violonchelo y orquesta en mi menor, Op. 85, una obra que empieza con el sonido de la desesperación y recorre todas las facetas de la tristeza y la melancolía. Según comentan algunos autores, Elgar no pretendía sólo plasmar su dolor ante la pérdida del ser querido, sino también mostrar la desolación en que le había sumido la recién terminada Gran Guerra. Elgar había visto como todos sus valores desaparecían, caían ante la cruel barbarie bélica. Ya no había nada en qué creer, nadie en quien confiar, y por encima de todo eso pesaba la terrible sensación de que todo aquel sufrimiento no había servido para nada, de que el hombre seguiría matando y de que a esta guerra la seguiría otra. Desgraciadamente, la historia le dió la razón poco después y se la continúa dando cada día. Hoy también.

Jacqueline Du Pré interpreta el primer movimiento del Concierto para violonchelo de Elgar. Dirige Daniel Barenboim.




Vídeo de markvogue

miércoles, 5 de marzo de 2008

Song of the seagulls


Todos tenemos algunas melodías que nos ayudan a relajarnos en momentos de agobio. Una de las mías es esta canción de las gaviotas, escondida en mitad del disco Islands de King Crimson, un pequeño momento de relajación neoclásica en medio de un torbellino de jazz, rock, blues y psicodelia. Se lo dedico a Barbebleue, persona de reconocido buen gusto musical y crimsoniano devoto.


lunes, 3 de marzo de 2008

Giuseppe di Stefano, descanse en paz


Esta madrugada ha fallecido uno de los mitos operísticos del siglo XX, el tenor Giuseppe di Stefano, conocido cariñosamente como Pippo. Poseedor de un timbre de gran belleza, una dicción perfecta y sobre todo, un apasionamiento sin igual, su luz brilló con mucha fuerza y se apagó rápidamente. Para la historia quedarán sus grabaciones, sobre todo las más tempranas y sus innumerables anécdotas en las que aparece retratado como un juerguista con más interés en ligarse a alguna corista que en ensayar su papel. Cantó bien y vivió bien, descanse ahora en paz.

Vamos a escuchar su famosísimo Salut, demeure del Faust de Gounod. Hacia el final del aria (minuto 3:50), Pippo ataca el do en forte y hace un diminuendo hasta pianissimo, consiguiendo un pequeño milagro vocal. Rudolf Bing lo calificó como el sonido más hermoso que jamás había salido de una garganta humana durante sus años como intendente del Metropolitan.



Vídeo de gabrielpadilla

Di Stefano formó junto con Maria Callas una de las más grandes parejas de los años 50. Sus grabaciones para EMI rivalizaban con las de la otra gran pareja de la época, Mario del Monaco y Renata Tebaldi en DECCA. Escuchemos a Pippo y Callas cantando el dúo Verrano a te sull'aure de Lucia di Lammermoor de Donizetti.




Vídeo de actor001

sábado, 1 de marzo de 2008

Vesselina Kasarova canta Ariodante

En una entrada anterior hice referencia al Ariodante de Haendel que pude ver en el Liceu en el 2006. Si pude asistir a esa función fue gracias a Aloma que me regaló la entrada, así que aprovecho que hoy es su cumpleaños para recordarlo y para dedicarle los siguientes vídeos. El primero de ellos, Con l'ali di constanza, procede de las mismas funciones del Liceu en el 2006 y el segundo, la conocida aria Dopo notte, es del Musikfest de Bremen del 2005.




Vídeos de SDCmorg
¡Felicidades!