Si el otro día escuchábamos al alumno (Uusitalo), ahora le toca el turno al maestro. Matti Salminen (1945, Turku, Finlandia), es uno de los mejores bajos que uno puede escuchar en un teatro de ópera, con un voz profunda de gran belleza y un volumen inmenso. Me refiero a la voz, pero también podría referirme a su volumen corporal, no hay más que verle. Especializado en el repertorio wagneriano, ha destacado en sus interpretciones de Fafner, Fasolt, Hunding, Hagen, Titurel, Gurnemanz y el rey Marke entre otras, además de abordar óperas de otros autores como Verdi, Mozart, Músorgski y sus compatriotas Sallinen y Rautavaara.
Los valencianos hemos tenido la suerte de disfrutar de su arte en Fidelio, Das Rheingold y Die Walküre, todas en la primera temporada de Les Arts. El año pasado estaba anunciado como Fafner en Siegfried, pero acabó cayendo del cartel y aunque Stephen Milling demostró estar a su altura, uno siempre lamenta perder una oportunidad de escuchar a Salminen. Es, hasta ahora, el único cantante al que he braveado a voz en grito.
Vamos a escuchar su interpretación de la vigilia de Hagen, de Götterdämmerung, en la producción del Met dirigida por Levine.
Vídeo de TheGreatPerformers
Y ahora como Sarastro cantando O Isis und Osiris en la mozartiana Die Zauberflöte.
Vídeo de TheGreatPerformers
Y ahora como Sarastro cantando O Isis und Osiris en la mozartiana Die Zauberflöte.
Vídeo de margaloca
Acabamos con un vídeo que ya tiene unos añitos, 23 para ser exactos. Salminen canta la muerte de Boris Godunov, de Músorgski, bajo la dirección de Zubin Mehta.
Vídeo de Gabba02
4 comentarios:
De acuerdo en lo del intercambio, veo que en tu blog también hay una referencia al Cuarteto de Nos así que algún parecido entre ambos blogs sí existe. Date por enlazado.
Precisamente este pasado fin de semana me ha estado aterrorizando su tremendo Hunding de la Walküre filmada de Boulez.
También acongojaba el Hagen que le pude escuchar en el GTL hace unos cuatro años.
¡Magnífico!
ES SENSACIONAL.
Al principio me costó un poco acostumbrarme a ciertos claxos y apalancamientos, que ha ido corrigiendo con los años.
Su Boris, entre grandísimas interpretaciones wagnerianas, permanecerá eternamente como referencial.
Yo también tuve la suerte de escuchar su Hagen en el Liceo y estuvo fantástico. Después me firmó en camerinos y realmente impresiona estar al lado de un tío tan grande.
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