martes, 10 de febrero de 2009

The Scholars Baroque Ensemble y el joven Haendel

Acabo de venir del Auditorio de Castellón, donde The Scholars Baroque Ensemble, coordinados (que no dirigidos) por David Van Asch han interpretado un programa que bajo el título El joven Haendel en Roma incluía tres piezas compuestas por el sajón durante el año 1707, cuando se trasladó a la ciudad italiana: Dixit Dominus HWV 232, Salve Regina HWV 241 y Nisi Dominus HWV 238.

Digo coordinados y no dirigidos porque The Scholars Baroque Ensemble carece de director, algo que es posible gracias al reducido número de intérpretes. Según dice el programa de mano, "el grupo cree que esto les lleva a un mayor nivel de comunicación no solo entre ellos sino también con la audiencia y se crea una atmósfera excepcional de hacer música juntos". Lo cierto es que no deja de ser curiosa esta forma de interpretar, más propia de un cuarteto de cuerda que de una orquesta barroca, si bien siendo sólo nueve instrumentistas (cuatro violines, dos violas, un chelo, un violone y un órgano) la distancia respecto al cuarteto de cuerda no es tan grande. Los cantantes también fueron nueve, pues al cuarteto titular de The Scholars (Kym Amps, soprano; Angus Davidson, contratenor; Robin Doveton, tenor; Simon Grant, bajo) se han añadido dos sopranos (Anna Crookes y Helen Parker), una contralto (Heather Cairncross), un tenor (Julian Podger) y un bajo (el fundador y coordinador del grupo David van Asch). Todas las voces respondían al prototipo de cantante barroco inglés, que evita el vibrato a toda costa. Este estilo interpretativo, tan en boga hace unos años, ha sido superado por interpretaciones más naturales. Sin embargo, me ha gustado escucharlo en las voces de especialistas veteranos como ellos, era como escuchar un disco de los pioneros del movimiento historicista. Además, hay que reconocer que en determinados momentos, sobre todo en los corales, la carencia de vibrato hace que uno tenga la impresión de que lo que está escuchando no tiene un origen humano, es como estar escuchando un órgano o algo similar, y es un efecto muy interesante. Ninguno de los intérpretes tuvo una gran intervención a nivel individual, incluso el contratenor Angus Davidson tuvo problemas evidentes de emisión y fiato, pero su conjunción como coro estuvo muy lograda.

The Scholars Baroque Ensemble, al igual que el cuarteto The Scholars, germen de la orquesta, tienen por bandera la utilización de un número mínimo de músicos y cantantes por parte. Según ellos mismos indican, no lo hacen así por una pretendida autenticidad (de hecho, lo hacen incluso en obras pensadas para un gran número de intérpretes como El Mesías) sino para conseguir la transparencia de la textura sonora que se ha convertido en su sello. A juzgar por lo escuchado hoy, los resultados son buenos, si bien hay otras agrupaciones que desde perspectivas distintas han logrado resultados más satisfactorios. Por ejemplo, esta:


Vídeo de musicca75

5 comentarios:

maac dijo...

Tengo mono de Haendel en directo y me parece que hasta que no venga Brüggen con la Misa en si menor de Bach no escucharé nada barroco. No sé qué pasa en el Palau de la Música que han desterrado el barroco de la programación ¿Y en Castellón qué es lo próximo? Sería cuestión de plantear hacer una excursión si la ocasión lo merece. Vaya... como me pone el Dixit, que lo estoy escuchando mientras escribo el comentario.

Titus dijo...

Pues me temo que en lo que queda de temporada de invierno ya no hay más barroco, habrá que esperar a la temporada de primavera, donde seguro que hay algo. De todas formas, te dejo un enlace a la programación por si hay algo que te interese.

http://www.comunitatvalenciana.com/agenda4.htm?idagenda=7048

maria teresa dijo...

No quiero repetirme, pero oír a Haendel y sentir cómo si tuviera un balón de oxígeno insuflándome aire es todo uno...Haendel te da alas, y no el Red Bull,ese!!

Joaquim dijo...

Y yo ofreciendo Poppeas (que ya he colocado) y ni caso.
Ese Dixit Dominus es una pura delícia.
Viva Handel

Titus dijo...

Ay, Joaquim, ya sabes lo que siento no poder asistir a esa Poppea. Sobre todo después de tanto hablar de ella, me dieron tantas ganas de volver a escucharla que llevo unos días repasando el DVD y repitiendo mis escenas favoritas: el dúo del valetto y la damigella, la muerte de Seneca, "oblivion soave" y el monólogo de Arnalta y el dúo final entre Poppea y Nerone. Y eso que la versión que tengo en DVD, la de Leppard, es más bien malilla.