Hace unos años la afamada violinista Anne-Sophie Mutter encargó un concierto para violín a la compositora ruso-tártara Sofia Gubaidulina, una de las principales creadoras de la música contemporánea. O debería decir uno de los principales creadores, pues según tengo entendido en estos casos hay que usar el masculino para dar a entender que no solo destaca entre las creadoras de sexo femenino, sino entre los creadores de ambos sexos. Bueno, cuestiones lingüísticas al margen, retomemos el hilo del discurso. Gubaidulina compuso en el 2007 el concierto para violín y orquesta In tempus praesens, que fue estrenado en el mismo año en el Festival de Lucerna por su dedicataria, Anne-Sophie Mutter, junto a la Berliner Philharmoniker dirigida por Simon Rattle. Un año más tarde, Mutter llevaba el concierto al estudio de grabación, esta vez con la London Symphony Orchestra dirigida por Valery Gergiev, y esta es la versión que vamos a escuchar hoy.
In tempus praesens presenta una línea para violín solista sin apenas interrupciones a lo largo de la partitura que se enfrenta a una orquesta de sonido amenazador que aparece de forma periódica, contraponiéndose así al violín de Mutter. Como es habitual en la obra de Sofia Gubaidulina, el concierto tiene un fondo religioso. En este caso trata la confrontación entre el bien (representado por sonidos agudos y tonos mayores) y el mal (al que corresponden los tonos menores y los sonidos graves). Finalmente, el bien acaba imponiéndose, como nos dan a entender las últimas notas del violín mientras el sonido orquestal se va apagando.
El concierto tiene una duración de 32' 45''. Vale la pena escucharlo, tanto por la calidad de la obra como por la de la intérprete. Espero que os guste.
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4 comentarios:
Magnífico el concierto, dotado de una intensidad como bien dices casi religiosa, incrementada si cabe por las apariciones de la orquesta en su faceta más tímbrica.
La interpretación a la altura del ardor meditativo: 'buen vasallo para tan buen Señor'
Ah, y un acierto la combinación con los de JS Bach: contraste y permanencia.
Sabía que no me fallarías, caro Barbebleue.
Lo he escuchado varias veces y cada vez lo encuentro más interesante. En una palabra extraordinario, de las mejores obras de la probablemente mayor genio de la música actual.
Extraordinario, soberbio
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