Hace unos años, cuando empecé a interesarme por la ópera, tenía la sensación de estar metiéndome en un mundo que me superaba por completo, lleno de conceptos que se me escapaban. En la adquisición de los parámetros mínimos que me sirvieron de guía en este complicado entorno tuvo un papel muy importante internet, concretamente los foros, entonces aún no había blogs. Tras meses leyendo un foro por fin me atreví a escribir para exponer una duda, aunque ya ni recuerdo lo que pregunté. Menciono esto porque fue entonces cuando me ví en la obligación de escoger un nick y elegí Tito, que poco después cambié por Titus, que suena más imperial y no lleva a confusión con el dictador yugoslavo.
¿Por qué Titus? Como he dicho, estaba empezando a escuchar ópera y, todavía sin un criterio formado, escuchaba cualquier cosa que cayese en mis manos. En un período relativamente corto de tiempo la casualidad hizo que escuchase dos versiones de La Clemenza di Tito, una ópera mozartiana relativamente poco frecuente y que muchos consideran aburrida y anacrónica. A mí en las dos ocasiones me pareció que estaba cargada de belleza y de elegancia, así que empecé a encariñarme con ella, con esa simpatía que sentimos hacia los más débiles. Pensé entonces que ir en contra de la opinión generalizada era el primer síntoma de que me estaba forjando mi propia opinión, así que si debía elegir un nick sería ese.
Mozart siempre componía sus óperas teniendo en cuenta las características vocales de los cantantes que las iban a estrenar. El papel de Tito en La Clemenza fue compuesto para Antonio Baglioni, para quien ya había compuesto el papel de Don Ottavio en Don Giovanni. Según podemos deducir de sus arias en ambas óperas y según nos cuentan las crónicas de la época, se trataba de un tenor corto de agudos pero con un fiato portentoso y facilidad para la coloratura. Las dos arias en las que Mozart exprimió al máximo las cualidades de Baglioni fueron Il mio tesoro en Don Giovanni y la que hoy nos ocupa, Se all'impero, amici Dei, de La Clemenza di Tito.
Vamos a escuchar esta complicadísima aria en la voz de varios tenores, todos ellos en activo, aunque no todos mantengan el rol en su repertorio. Algunos sufren muchísimo en la coloratura, otros tienen una voz demasiado endeble para representar a un emperador, otros, como Bruce Ford, tienen la voz y la técnica adecuadas pero han tenido épocas mejores. Hay dos versiones que se me hacen muy cuesta arriba. Quizá la sorpresa agradable sea la última de las opciones, Peter Seiffert, actualmente metido a heldentenor, que la cantaba así de bien en 1992. Tomadlo con calma y que lo disfrutéis.
Mark Padmore
Vídeo de hillevifan
Bruce Ford
Vídeo de SDCmorg
Jonas Kaufmann
Vídeo de rexeterna
Michael Schade
Vídeo de SDCmorg
Rainer Trost
Vídeo de hillevifan
Giuseppe Filianoti
Vídeo de CucciolonaAmorosa
Peter Seiffert
|
3 comentarios:
Pues tienes toda la razón, Seiffert es al que se le ve más cómodo, las coloraturas no parecen "cante jondo" y no se ahoga en los graves (habló la técnica, jejeje). Que difícil y que bonita es esta aria, por esto. Gracias por la selección.
Magnífica eleccíón, Titus. Mozart, sin tiempo, intenta recoger toda la nobleza de la gran ópera seria barroca, un anacronismo, y con su natural elegancia, proyectarla hacia el futuro. Pero ¿realmente creía en lo que hacía? No lo sé, pero escribió belleza.
A ver si acierto: las dos versiones que se te hacen cuesta arriba ¿son Schade y Filianoti? Yo me siento más cómodo con Seiffert seguido de Padmore y Trost, en el orden que quieras.
Vaya, coincidimos los tres con Seiffert. Barbe, aciertas en una de mis versiones en pendiente ascendente, Filianoti, completamente fuori ruolo y sufriendo lo que no está escrito en las coloraturas. La otra versión que no me acaba de gustar, a pesar de que reconozco que el juego de claroscuros es muy bueno, es la de Kaufmann, por una coloratura demasiado pesada y porque su particular voz engolada que a tanta gente enamora y a mí no me gusta nada, en este repertorio me parece inadmisible. En otros repertorios no me importa tanto, pongo su reciente Lohengrin como ejemplo. Schade la verdad es que tampoco está para tirar cohetes, le he escuchado cantar este aria mucho mejor en otras ocasiones, pero al menos resuelve las agilidades, muy a su manera, y tiene la voz y el estilo adecuados. De entre los que rescatamos, por cuestión tímbrica pondría a Trost por delante del endeble Padmore.
Publicar un comentario