Por lo visto, la Lucia di Lammermoor que se ofrece actualmente en el Palau de les Arts no ha llenado ni tiene previsto llenar el teatro en ninguna de sus funciones, a juzgar por las localidades que quedan disponibles. En el Palau de les Arts, a diferencia de lo que pasa en el Liceu o el Real, no hay varios repartos, sólo uno (con posibles cambios puntuales de cantantes de un día a otro) y suele haber entre seis y ocho funciones por título. Quiero decir con esto que, ante la evidencia de que Valencia tiene menos habitantes y por tanto menos público potencial que Madrid o Barcelona, también está la de que este público por fuerza se debe concentrar en las, comparativamente, pocas funciones que se ofrecen. Pero es que ni aun así se llena el teatro. ¿Por qué?
Podemos hablar de diversos factores. Uno es que el título o el reparto no llaman demasiado la atención. Podría ser, Lucia di Lamermoor no tiene el tirón de Butterfly o Traviata, que sí llenan el teatro, pero lo cierto es que se trata de un título de los tradicionales que si son servidos con un reparto adecuado (y a priori el de Les Arts es más que correcto) y con una buena puesta en escena, debería garantizar la asistencia. Tantas quejas como se escucharon hasta hace nada acerca de la falta de belcantismo en la programación de Les Arts y cuando por fin llega, el público no responde. ¿Seguimos dando credibilidad a los eternos enemigos de cualquier programación que salga de sota, caballo y rey? El caso es que me cuesta creer que cualquier otro teatro de España no se llenaría con este título.
Podemos también hablar de la falta de turistas operísticos que llenen los huecos que deja el público local. Pero ¿cómo pretendemos que vengan turistas cuando no existen las mínimas infraestructuras para recibirlos? Pero es que no hay ni un triste bar donde se puedan comer un pincho de tortilla cuando acaba la función, no digamos ya un buen restaurante donde el turista adinerado pueda dejarse el sueldo. Por no haber, no hay ni un servicio decente de transporte público que conecte la zona con el centro de la ciudad. Si pese a todo, el turisa operístico quiere venir, nos encontramos con otro problema: la temporada de Les Arts se hace pública muy tarde, mucho más tarde que la del resto de teatros con los que compite para atraer al público viajero, con lo que es posible que cuando el turista se entere de la programación ya tenga sus viajes planeados y no esté dispuesto a cambiar sus planes.
Y pasamos de puntillas sobre el hecho de que en Les Arts nos han acostumbrado durante años a que cualquier parecido entre el reparto anunciado y el que acaba cantando sea pura coincidencia, algo que muchos turistas puede haber sufrido y quizá les haya quitado las ganas de repetir. Lo cierto es que, en lo que llevamos de la presente temporada, esto no ha pasado, así que no le demos mayor importancia.
Otro factor, quizá el más decisivo, es que en Valencia no hay una tradición operística (me refiero a la época más reciente), por lo que no existe aún el público consolidado con el que cuentan teatros con una andadura más larga. Cierto es, pero entonces: ¿Por qué se ha construído un teatro monumental, se ha contratado a una gran orquesta y a no uno, sino dos de los directores más caros del mundo? ¿Buscando atraer al turismo? Ya vemos que no lo han conseguido, pero creo que esa es la clave. Un error de bulto, parecido al de la Fórmula 1 o la visita del Papa, eventos cuyo coste es superior a los beneficios que aportan para la ciudad a nivel turístico. Eso sí, nuestros amados líderes pueden lucir sus mejores galas y salir sonrientes en la foto.
Ah, y me dejaba la falta de publicidad, aunque después de la campaña con cantantes en el mercado que tanto éxito ha tenido, al menos en cuanto a comentarios recibidos en youtube, y el folleto en el que se informaba al público de que para ir a la ópera no hacía falta llevar smoking ni pajarita y que la ópera no era sólo para ricos, quizá sería más conveniente hablar de lo poco acertado de la publicidad o de su nula efectividad.
De momento la cosa va adelante, pero antes o después, sobre todo en época de crisis, alguien acaba haciendo cuentas y pensando que no compensa, que el gasto es muy grande y no vale la pena porque el público soberano ya ha demostrado que no está por la labor de ir a la ópera, así que se cierra la paraeta. Claro, cerrarla suena a fracaso, así que se matiene abierta, pero cambiando la excepcional orquesta por otra de medio pelo que cueste la cuarta parte, cambiando a Maazel y Mehta por algún batutero que cobre la milésima parte y trayendo cantantes de saldo. Y luego se venden los cambios como un éxito económico de nuestros gestores, que han reducido los gastos considerablemente. Entonces ¿qué nos quedará? ¿Convertirnos en unos abuelos cebolleta prematuros, recordando cuando teníamos una gran orquesta y no uno, sino dos grandes directores? A mí la perspectiva de convertirme en abuelo cebolleta en breve no me parece nada atractiva.
Antes de que tal cosa suceda, recapacitemos: ¿Alguien cree que este modelo de gestión es sostenible? Yo, al menos, tengo claro que no. ¿Cuál es el problema? Principalmente, que buscando dotar a Valencia de una referencia cultural-turística de primer nivel, se empezó la casa por el tejado y ha quedado un tejado muy bonito, mejor incluso que el de otros teatros españoles, pero debajo de ese tejado no hay ni paredes, ni cimientos, ni nada. Los cimientos cuestan de crear y lucen poco, pero son los que sostienen la casa. Ciudades como Bilbao, Oviedo o Jerez tienen cimientos, siguiendo con el símil arquitectónico; Valencia sólo tiene tejado.
Yo también disfruto como el que más con Maazel, con Mehta, con la orquesta y el coro y con muchos de los cantantes que han pasado por aquí, pero aun con todo eso, cambiaría gustosamente tanto relumbrón por otro modelo de gestión que propiciase menos gasto, menos déficit y que garantizase que vamos a tener ópera de calidad, aunque puede que no de tanta calidad, durante muchos años, tanto en épocas de bonanza como en épocas de crisis. Aunque no incluyese a Maazel y Mehta, ya que, seamos sinceros, si Madrid o Barcelona no se pueden permitir directores de tal caché, ¿no ha sido lo de traerlos a los dos a Valencia una machada?
Aún estamos a tiempo para cambiar de modelo, para intentar construir unos cimientos y unas paredes para nuestro tejado, aunque creo que nadie está por la labor.
Y no he mencionado a Helga ni una sola vez, para que no digáis.
18 comentarios:
Chico, yo entre que se lo gasten en trajes o megaeventos (o candidaturas olímpicas madrileñas o forums barceloneses que es lo mismo) y que se lo gasten en el Palau de les Arts, prefiero esto último.
Para tu alegria te informo que el vacio de la Lucia no se reptió ayer. No hubo llenazo, pero básicamente quedó por vender la visibilidad nula de cuarta planta y algo de la parcial en tercera. Y gente más joven en general que la Butterfly. Al menos desde mi punto de vista, en tercera planta. Creo que el fiasco fue el estreno, reservado a los políticos y famoseo que poco o nada tienen que ver con la ópera. Y quedando entradas y siendo el mismo reparto, nadie tiene mucho interés por ir a un estreno que es más caro. Tengamos esperanzas...
Yo echo de menos más divulgación. Yo me aficioné a esto hace años con el programa de Alier en el 33. Pedir que RTVV haga un programa de divulgación de calidad es como pedir peras al olmo, pero retransmitir la temporada no creo que suponga tanto coste... si se ha retransmitido para cadenas internacionales!!!
Anónimo, yo también prefiero que se gasten el dinero en ópera, pero a la vez sé que el dinero, o se gasta bien, o es pan para hoy y hambre para mañana. Como entra en mis planes tener una vida muy larga, el mañana me preocupa bastante. Que los madrileños y los catalanes se preocupen por las olimpiadas y el forum, yo me preocupo por lo mío.
Efests, me alegro de leer que hubo éxito de asistencia, aunque sigo creyendo que un título como este debería causar llenazos en todas sus funciones, incluyendo el estreno. Totalmente de acuerdo con lo que dices de la divulgación. En ese aspecto se debería mejorar mucho, pues quitando las fallidas campañas del mercado y el famoso folletito, así como unas pocas (muy pocas) funciones didácticas, no se ha hecho nada.
En canal nou, que yo sepa, sólo se habló de ópera el día de la inauguración del Palau y el comentarista fue Ximo Rovira, lo que ya da una idea de la perspectiva desde la que se enfocó el evento.
Bona nit senyor Titus,
Bueno, le escribiré en castellano porque, si no, me temo que me va a contestar usted luego en catalán, y le confieso que eso me enferma.
Imagino que cuando lea mi comentario me pondrá a caer de un burro, amparándose en la fuerza de poder escribir en su blog cuanto le venga en gana, aunque sean mentiras, y con el apoyo de la corte esa de pelotas que le jalean y le dicen lo que usted quiere oir.
Me da mucha lástima que una persona como usted que se nota con estudios, malgaste un espacio como este para hacer propaganda socialista disimulada entre los amantes de la ópera que inocentemente vienen a su blog para informarse.
No disimule, señor pitufo, usted goza como un loco cuando se entera que hay menos espectadores en Les Arts; y llega al orgasmo cuando piensa en que pueda desaparecer el insigne proyecto de Les Arts que, aunque a usted no le guste, es obra de DON FRANCISCO ENRIQUE CAMPS ORTIZ.
Porque usted, señor pitufo, que se dice amante de la ópera, hace prevalecer el interés político al bien público.
Luego vendrán sus lágrimas de cocodrilo y sus golpes de pecho, y por supuesto sus discursos echando la culpa a la gran HELGA SCHMIDT y a SU President DON FRANCISCO CAMPS ORTIZ.
La culpa de todo, señor pitufo es del nefasto zapatero, que con tal de fastidiar a los valencianos hace lo que sea, como ya viene demostrando con el agua, el ave, los petardos y mil cosas más. Si no da dinero el gobierno, cosa que sí hace con los centralistas y los catalanistas, ¿cómo quiere que sobreviva el Reino de Valencia?. pues lo haremos, señor pitufo, a pesar de sus insidias y de la de todos los socalistas y catalanistas como usted.
Se pregunta usted por qué hay asientos vacíos. Pregunte, señor pitufo, a su amigo zapatero mr. bean, que está llevando a la miseria a los españoles y quita las pensiones a los ancianos. Pero a los catalanes siempre más y más. Verá usted como el Liceo sobrevive a las crisis.
En fin, señor Titus, perdone si me he exasperado un poco. Imagino que no será usted tan valiente como para dejar este comentario y contestarme con argumentos, pero yo ya me he quedado bien.
VIVA HELGA SCHMIDT. VIVA CAMPS. VIVA EL REGNE DE VALENCIA
Firmado:
Vicente Manuel Ceballos Arnal
DNI: 75.122.447
Me he quedado tan ojoplático y boquidilatado con el comentario anterior que vuelvo más tarde.
Se me ha cortado la leche.
UN AFRANCESADO CATALANISTA
Pues se equivoca usted, Vicente Manuel, voy a dejar su comentario porque creo que diciendo cosas sobre mí deja en evidencia muchas otras cosas sobre usted y sobre una corriente de opinión que nunca había tenido presencia en este blog. Pero sí le diré que se equivoca en varias puntos:
Primero: No soy yo quien está haciendo propaganda de ningún partido ni de ninguna figura política. Simplemente creo que la política cultural y turística, en lo que afecta al Palau de les Arts, no ha sido la adecuada. En otros ámbitos no me meto porque no es este el lugar para hacerlo. Si quiere también le puedo decir que la política del gobierno central hacia Les Arts tampoco me parece adecuada, pero si hablamos de gestión, que no de subvención, no hay que buscar responsables en Madrid sino más cerca.
Segundo: Si, como usted afirma en su acusación calumniosa, yo disfrutara con los fracasos de Les Arts, ni me habría abonado, contribuyendo así a llenar ese mismo recinto que usted cree que me produce placer cuando está vacío, ni me habría dedicado a glosar en este blog los éxitos cuando los ha habido. Lea las entradas de hace unos meses, lea, y verá que cuando las cosas se han hecho bien y se han obtenido buenos resultados he sido el primero en decirlo, y además con orgullo. Pero cuando se hacen mal, también lo digo, lo contrario sería fanatismo y simple y llanamente, mentira.
Tercero: El Palau de les Arts fue un proyecto iniciado por Eduardo Zaplana Hernández-Soro, para que vea que yo también me sé los dos apellidos de nuestros amados líderes y ex-líderes. El señor Camps se apropió del proyecto, con esa gracia que tiene él para apropiarse de cosas, y lo hizo pasar como su apuesta personal, pero lo cierto es que el inicio del mismo es anterior a su llegada al poder.
Cuarto: No soy socialista ni catalanista, aunque respeto a socialistas y catalanistas, tanto como a conservadores y andalucistas, por decir algo. Respeto a cualquiera siempre que se cumplan unas mínimas condiciones y entre ellas está el que exijo que se me respete, a mí y a los lectores de mi blog. Hace mal acusándome de lanzar insidias, como hace mal diciendo que le enferma el catalán. Eso no es respeto. Y también hace mal acusando a quienes voluntariamente comentan en este blog de ser pelotas simplemente porque no opinan como usted.
Quinto: Ya ve que sí he sido tan valiente (aunque no veo qué pinta la valentía en esto) como para dejar su comentario, pero lo cierto es que no me faltan motivos para eliminarlo, y estos no son más que los que le he expuesto en el punto cuarto, la falta de respeto. Pero como ya le he dicho, creo que su comentario no hace sino calificarle a usted, mucho más de lo que me descalifica a mí.
Por último, me alegro sinceramente de que se haya quedado bien, como afirma en su último párrafo y simplemente le transmito la pequeña decepción que ha supuesto para mí leer "Viva el Regne de Valencia", cuando yo esperaba el famoso "Vixca", con esa equis tan inexplicable como entrañable.
Saludos.
Vaya, yo pensé que lo del Sr. Ceballos era una broma de otro bloguero, al parecer no es así. A veces la realidad supera a la ficción, más de lo que parece.
Amigo Titus, soy uno de los pelotas.
Yendo a lo que importa, coincido contigo en tu análisis de la situación de Les Arts. No creo que las butacas vacías sean consecuencia de una causa aislada, sino de un conjunto de ellas, entre las cuales la fundamental es, como dices, el haber empezado la casa por el tejado.
Es la cultura fallera, de que lo que importa es la apariencia grandiosa e impactante, aunque el interior sea cartón piedra.
La gestión de Les Arts en cuanto a la promoción de su actividad es más que discutible. Es obvio que la falta de presupuesto afecta, pero la desidia actual respecto a publicitar los espectáculos es alarmante.
Lo de los chicos del mercado estuvo bien, y lo de a la ópera en vaqueros tenía su gracia, pero, tal y como adelantamos los pelotas, esas tontadas no han servido para nada.
Lo que dices de lo inhóspito del recinto y alrededores no es ninguna tontería. Está claro que cuando cante Anna Netrebko junto a Kaufmann "La Boheme" va a haber tortas para conseguir entradas y todos los amigos de Ceballos querrán su invitación, pero al público habitual también se le atrae haciendo el recinto agradable, con espacios acogedores en los pasillos para los descansos, bares en todos los pisos, tiendas, en fin, como en cualquier teatro del mundo.
Y luego en el exterior accesos decentes, transporte público, restaurantes con horarios que permitan al público tomar algo a la salida, etc.
La prioridad es la sostenibilidad del modelo. A mi me encantaría poder tener todo lo mejor, pero si la opción es entre la continuidad del proyecto o dos años más a todo trapo y después "hasta luego Lucas", prefiero algún sacrificio en calidades. Eso sí, siempre que también haya una mayor seriedad y profesionalidad en la gestión administrativa.
El tema da para largo. ya iremos comentando.
Sr. Ceballos: Le tengo dicho que no mezcle los Mon Cheri rellenos de licor con la pastilla de las 8.
Viva la República de Tayikistan, por ejemplo.
Maac, tú creiste bien, fuí yo quien mordí el anzuelo. Ceballos es más falso que un euro con la cara de Chiquito, ya te puedes imaginar quién está detrás. El caso es que parecía verdadero, nos tienen acostumbrados a cosas peores. Es más, hasta parecía moderado y todo, para lo que se oye por ahí. Ahora me da lastimita que Ceballos no exista, ya le había cogido hasta cariño.
boing, boing...(es mi saludo, como soy pelota...)
Ahora me habeis dejao con la intriga sobre el interfecto. No se valeeee !
Sólo que se coló una ópera "Buffa" por la puerta de atrás, eso pasa cunado se tienen las puertas abiertas, (que sigan)
Leyendo los comentarios me ha venido a la cabeza el texto de "La Gran Vía" : Yo, soy el pelota primero, y yo el segundo y yo el tercero, siempre que nos persigue la autoridad....
El tema de para mucho, pero lo has expuesto con una claridad y minuciosidad exquisita.
Sólo una precisión, a "Lucia" iremos mi mujer y yo (como siempre) a "La Traviata" vendrán mis hijas, mi nieto, el portero y un amigo de Santander... que le vamos a hacer.
Abrazos y ánimo
Ostias, ¿de verdad que lo del Ceballos este no es una coña? ¿De verdad hay gente así? Ufffff,qué miedo.
Estupendas tus reflexiones, Titus. El tema da para largo.
Bueno, tengo que corregirme a mí mismo, parece que es una coña, ¿no? ¿Lo ha escrito Jelga?
Fernando, lo de Ceballos era una coña sí, pero de verdad que hay gente así y peor, y además algunos han llegado a acumular grandes parcelas de poder.
Kenderina, digamos que Ceballos en realidad tiene un aire a Gregory Peck.
Alfredo, entiendo que La Traviata es un título más atractivo para gran parte del público, pero siendo Lucia menos conocida, creo que lo es lo suficiente como para llenar teatros sin problemas, y más con un reparto que no está nada mal.
A ver, que no termino de entender lo de "la coña", seguro que estoy un poco espeso.
Parece ser que el Sr. Ceballos no existe, eso está claro, pero ¿sabemos quien es el anónimo?
Porque la observación a Kanderina me deja más descolocado todavía.
Hay días que ya.. ya..
Saludos
Alfredo, mira los avatares de cada uno, a ver quién se da más un aire a Gregory Peck.
Joder, Mr. Finch, que callado se lo tenía, ha bordado el papel, que pasa? que va justo de trajes.
Abrazos
Att!!! Ya te vale!! me he colado hasta el último número del dni.
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