Como ya comenté hace unos días, temía que la Madama Butterfly de Les Arts no pasase de la corrección. Al final tuve suerte y fue algo más, no mucho pero si algo más que correcta. Lo mismo se podía decir de la conocida puesta en escena de la Scala, es más que correcta, con momentos muy bellos y otros en los que quizá se podría haber buscado otra solución más innovadora, pero en general está bien. Gusta mucho a los que prefieren puestas clásicas que se ciñen al libreto y no desagrada a los que hubiesen preferido algo más rompedor. Eso sí, me parece excesiva la aparición en escena de figuras vestidas de gris que manipulan la escenografía, abren y cierran las puertas de la casa de Butterfly, etc... Entre el uniforme de monja-ninja que llevaban y su forma de caminar a lo Chiquito (cada vez que aparecían no podía dejar de pensar: "No puido, no puido...jaaarl!!!"), distraían la atención más que otra cosa.
Lorin Maazel siguió en su línea habitual, o sea, subidones de volumen cuando le parece apropiado y ralentización de los tempi en determinados pasajes a placer. Los subidones, a los que ya nos tiene acostumbrados, resultan muy expresivos en determinados pasajes, sobre todo cuando los cantantes sacan voz y consiguen sobreponerse a la orquesta. El problema llega cuando los cantantes están cantando un pasaje a media voz y Maazel decide subir el volumen orquestal y taparlos por completo. Ellos podrían hacer lo mismo y cantar más fuerte, pero la partitura les dice que no, que ese pasaje va en piano, o en mezzo forte. Respecto a la ralentización, destacable fue el coro a bocca chiusa en el que hizo sudar sangre a las pobres coristas alargando las notas todo lo que pudo. No quedó mal porque se trata de una página muy delicada que admite tal lectura, pero un poco más de brío no hubiera estado de más. Eso sí, el coro estuvo fenomenal, tanto en esta intervención como en las demás. Y la orquesta, excepto un par de fallos en los metales, siguió demostrando su excepcional estado de forma. Qué ganas tengo de que venga Mehta y la vuelva a hacer sonar como en los Wagner del año pasado.
Los cantantes estuvieron todos bien, especialmente la soprano china Hui He, con una voz potente y muy homogénea, aunque quizá falta de la inocencia necesaria para este personaje. Actoralmente estuvo muy metida en el personaje. Marina Rodríguez-Cusí como Suzuki nos dejó apabullados en el tercer acto con un registro grave potente y hermoso. Massimiliano Pisapia me gustó más que en el Boccanegra del año pasado, tiene unos agudos maravillosos, aunque le falta homogeneidad y los registros medio y grave no tienen ni la potencia ni la belleza del agudo. Aún así, supo sacar partido de su voz y cantó un dúo del primer acto de gran nivel. El resto, correcto sin más, incluído un Sharpless, Vasili Gerello, que no supo destacar a pesar de que su papel le ofrece varias oportunidades para hacerlo.
9 comentarios:
Me alegro de que te gustara mas de lo que esperabas :)
Lo de las "monjas-ninja"...forman parte de la escenografía..o era que no sabian que hacer con los tecnicos que manipulan el escenario ? :))
Digamos que estaban a mitad camino entre los técnicos y los figurantes. No son personajes, se supone que no están ahi, por eso van tapados con una pseudo-túnica, pero como es inevitable verlos, para armonizar su presencia les hacen moverse de una forma japonesoide que recuerda mucho al Monarca. ¿Te das cuen? Sirl!!!
jajaajajaja, seguro que el que hizo la escenografia no le conoce..sino..le contrata y salen directamente de chiquito vestidos ;)
No sería tan malo como otras cosas que dicen por ahi que se hacen en los escenarios.
A mí me gustaron, aunque es verdad que se movían de forma extraña, andaban como si estuvieran en posición de sentados... Servían para hacer la puesta en escena mucho más dinámica, a veces incluso ayudaban a los cantantes en su movimiento escénico, como cuando cerraban los paneles de la casa, si hubiéramos tenido que esperar a que los cantantes movieran todos los paneles nos hubiéramos muerto de aburrimiento.
Titus, no te he dicho nada de la crónica pero es que más o menos me la imaginaba así, no quiero decir con ello que seas predecible sino que con el tiempo ya voy conociendo tus gustos.
Ah, que se me olvidaba... Saludos a Patricia, me alegro mucho de verla por aquí.
Gracias, Miguel Angel :) Lo mismo digo !
Antes de rajar, a ver si nos informamos un poco, ya que queda muy feo hablar mal de lo que no se conoce. A los que llamáis "monjas-ninja" (sic) son personajes típicos del teatro Kabuki llamados "kurokos". Buscad en google y entenderéis un poco más de teatro kabuki, que nunca es tarde.
Vaya sentido del humor que nos gastamos, ¿eh? Yo de teatro kabuki no sé nada, ni ganas, no es algo que me interese. Evidentemente, la denominación de monjas-ninja era una broma, pero sí es cierto que su presencia en escena me pareció excesiva, se llamen kurokos o Fernández. Que tengan nombre o justificación tradicional no me va a hacer cambiar de opinión. Por otra parte, no creo que decir eso sea rajar, he dicho que la producción es más que correcta. ¿Es que todo lo que esté por debajo de sobresaliente es rajar? Y sobre lo que está feo o no:
1-En mi blog quien decide lo que está feo y lo que no, evidentemente, soy yo.
2-Más feo está escribir mensajes anónimos, ¿no?
Hola otra vez... no se si el que te ha puesto el anónimo es uno de los figurantes que hacía ese papel o otra persona cualquiera...eran dos bailarines y les digeron que se tenía que hacer así... y la verdad yo tengo la versión DVD de la scala y es igual...
Por cierto yo me lo pasé fenomenal haciendo está ópera.. nos encantó desde el principio de los ensayos lo fácil que fué todo.
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