Lou Harrison (1917-2003) fue un compositor norteamericano que tuvo entre sus maestros a Arnold Schoenberg y Henry Cowell y entre sus amigos a John Cage y Charles Ives. Durante su carrera se interesó por las músicas del mundo, incorporando elementos propios de diversas tradiciones en sus composiciones, así como elementos cotidianos (despertadores, frenos de coche...). También se alejó de la forma de entender la música occidental en su utilización del sistema de entonación justa en lugar del de temperamento igual y en su utilización de los microtonos, lo que le acerca a otros compositores contemporáneos como Ligeti o Scelsi. Muchas veces se le ha considerado un antecesor de los minimalistas, aunque sus intereses eran bien diferentes.
Su obra Tributes to Charon, para trío de percusión y reloj despertador es una de las muchas que compuso en la década de 1930 para grupo de percusión y que solía interpretar él mismo con ayuda de sus amigos. El segundo movimiento fue compuesto en 1939 a petición de John Cage, pero el primero no vio la luz hasta 1982, aunque Harrison ya tenía pensadas su estructura y su instrumentación desde el principio. A pesar de su brevedad, en esta pieza queda patente el interés de Harrison en la variedad tímbrica, la transformación de los motivos melódicos y la coherencia formal.
La intención de Lou Harrison con esta pieza era ilustrar la historia de Proserpina, raptada por Plutón para convertirla en su esposa, que pasa medio año acompañándole en el inframundo (movimiento I: Passage through darkness) y el otro medio en la superficie con su madre, Ceres, diosa de las cosechas (movimiento II: Counterdance in the Spring).
Escucharemos Tributes to Charon interpretada por Graziano Colella, Claudio Marchetti y Didier Bellon, dirigidos por Guido Facchin.
Vídeo de Wellesz
9 comentarios:
Tanto tiempo afinando que no he tenido paciencia a que empezara la pieza, a ver si mañana, con más tiempo, la escucho.
Lo mejor las imágenes, muy adecuadas a la propuesta acústica. Y que la pieza no se adaptase a la duración real de la historia de Proserpina que tan claramente ilustra.
No conocía a este amigo de Cage= a quien encuentro muy interesante. Hay más de un despertador, no? Sino fuera por los relojes, esta pieza me parecería superprimitiva.
La verdad es que es una putada que un domingo suene el despertador, suene el teléfono, llamen a la puerta y el vecino decida ponerse a hacer bricolaje, y sus malditos niños, que además de madrugar, no paran de armar escándalo.
Kalamar, el propio Harison dijo que en sus piezas para percusión buscaba, a través de la repetición de una misma célula rítmica y melódica, un retorno a lo primitivo, a los orígenes de la música. Es esta repetición lo que hace que se le haya relacionado con los minimalistas, aunque los fines de uno y de otros difieran.
A pesar de su variedad tímbrica, la percusión sola, rítmica o melódica, siempre me ha parecido, además de algo primitivamente básico, musicalmente insuficiente.
Digamos que la percusión está bien para pasar un rato pero su capacidad de desarrollo es limitada. Supongo que Lou Harrison también pensaba esto, de ahí que la pieza en cuestión dure menos de cinco minutos.
Ya estaba yo crispadito después de escuchar a Grigolo, y los despertadores no han ayudado precisamente al relax.
Y para enterarse de lo que le pasó a la pobre Proserpina, tampoco es que sea lo más idóneo...
Reconozco que me supera...
Es que Grigolo crispa tanto que es el único cantante patrocinado por Kellogg's, el fabricante de los chocokrispies.
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